miércoles, 28 de noviembre de 2007

Cronica del diario burgués "El País" sobre el mitin de Montjuic (02-07-1977)


Cien mil personas, en el parque de Montjuich
Gigantesco mitin de la CNT en Barcelona
ENRIQUE CANALS - Barcelona - 03/07/1977

Unas 100.000 personas asistieron en la tarde de ayer en el parque de. Montjuich de Barcelona al mitin convocado por la Confederación Nacional del Trabajo (CNT) y en el que tomaron parte, entre otros, Federica Montseny, Juan Gómez Casas, Enric Marcos, José Peirat.Enric Marcos, secretario general de la CNT en Cataluña, intervino para reclamar la libertad para todos los presos políticos. «Estamos aquí -dijo- para demostrar que no desaparecimos y que no desapareceremos jamás. »

El mitin seguiría su curso en un ambiente caldeado por los continuos gritos de los asistentes que coreaban consignas como las de «El pueblo, unido, jamás será vencido»; «Amnistía total»; «Sí, sí, sí, libertad», y «Presos a la calle, comunes también.»

José Peirats, director de Solidaridad Obrera, hizo un duro ataque a las nacionalidades, y Federica Montseny, ministra de Sanidad en la II República, se refirió al excesivo costo de las pasadas elecciones manifestando que «la carne de díputado había resultado muy cara», y que cada diputado venía a costar a la clase trabajadora un millón de pesetas. Federica Montseny tuvo un recuerdo para resaltar el paralelismo de la montaña de Montjuich, «lugar -dijo- de trágicos recuerdos para los militantes anarquistas toda vez que muchas de las víctimas de la represión fueron ajusticiadas en esta montaña». Manifestó, a continuación, que las centrales sindicales que están ligadas a los partidos no son más que un freno para evitar que los trabajadores «se revuelvan». En este punto, dirigió un duro ataque a Santiago Carrillo, secretario general del Partido Comunista de España, del que dijo que «es más monárquico que los monárquicos. Si esto es eurocomunismo, que me cuelguen».

Finalizado el turno de intervenciones, en el que participaron Juan Gómez Casas, secretario del Comité Nacional, y Carlos Piernavieja, representante de.la organización de Andalucía, entre otros oradores, se inició una «fiesta libertaria».

PD. Según fuentes gubernamentales se concentrarón unas 300.000 personas, según los organizadores medio millon de personas, miren la foto y cuenten.

martes, 27 de noviembre de 2007

El Ayto de Benalup-CasasViejas se hace con el solar de Seisdedos.


El Ayuntamiento ha adquirido el solar donde se produjeron los trágicos Suce­sos del año 33 a la sociedad Huertos de Casas Viejas S.A. Francisco González Cabaña y el consejero delegado de la So­ciedad, Miguel Ángel Fernán­dez Martínez, firmaron las es­crituras de compraventa por las que el Ayuntamiento incor­pora al patrimonio público la finca que tiene especiales con­notaciones por su valor histó­rico.



Según González Cabaña(alcade de Benalup-CasasViejas), tras la aprobación de la com­praventa de los terrenos por el Pleno Ordinario, el solar, de 137,93m, será sede de la Fun­dación Casas Viejas 1933 y se­rá ésta quien diseñe su aspecto interior y exterior para cons­truir un centro de conocimien­to e interpretación de los Suce­sos y el contexto histórico de los años 30 en el campo andaluz que desembocaron en el trágico desenlace. "La adqui­sición del solar donde estaba ubicada la choza de Seisdedos como símbolo histórico es una gran noticia para todos los benalupenses y su Historia", rati­ficó González Cabañas.
Desde que se hizo el hotel Utopia, la CNT pedia que el solar fuera un lugar público, al final parece que nos han escuchado, en ningún caso podia ser un reclamo turistico del hotel.
Increible el negocio hecho por empresario muy cercano a las siglas politicas del $oe, que los compro por dos duros y lo vende a buen precio.

martes, 20 de noviembre de 2007

Hoy se cumple el 71 aniversario de la muerte del compañero Buenaventura Durruti


Buenaventura Durruti nació en León el 14 de julio de 1896 y murió el 20 de noviembre de 1936 en Madrid. Anarquista convencido,este compañero cenetista luchó toda su vida contra la injusticia y la opresión, y ha pasado a la Historia como un revolucionario nato, cuyo principal objetivo era la consecución de una sociedad nueva sin explotadores ni explotados. (Vemos a Durruti muy pocas horas antes de su muerte, fotografiado por el poeta soviético llya Ehrenburg.)

sábado, 27 de octubre de 2007

Ley de memoria histórica ¿justicia para quién?


Fundación de estudios libertarios Anselmo Lorenzo (FAL)
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A bombo y platillo nos venden, desde el gobierno, la nueva Ley de Memoria histórica como algo que cierra las heridas del pasado y restituye el honor, la dignidad y los derechos de los vencidos de la Guerra Civil.


A golpe de pandereta la derecha más retrógrada (desde Rajoy hasta Jiménez Losantos, pasando por Acebes y Zaplana) dice que eso es levantar, de nuevo, el odio entre las “dos españas”.


A río revuelto ganancia de pescadores, o sea a río revuelto ganan los que han corrido o han querido correr un “estúpido Velo” desde los Pactos de la Moncloa, los que quisieron que perdiéramos la memoria y las señas de identidad.


“Señores políticos” de uno y otro signo, la transición española no se acabará y las heridas no se cerrarán hasta que ustedes no restituyan: derechos, dignidad y documentos a todos los que se los expropiaron entre 1936 y 1939 y, después, mantuvieron en su poder por la legislación del régimen anterior y actual.


Qué vergüenza nos da, a muchos, vivir en este país de chirigota. Hace unos años, no más de tres, todo el mundo estaba que echaba chispas porque a los catalanes se les devolvían o no se les devolvían “los papeles de Salamanca”.


A favor y en contra se argumentaron las mil y una para que tuviera carga científica cada argumentación, y el Gobierno, aplicando el agravio comparativo, saco una Ley por la que se restituía el patrimonio Documental a la Generalitat de Catalunya y, de repente, todos callaron.

Yo me pregunto ¿qué pasa con la documentación de todas las personas, organizaciones políticas, sindicales, culturales y masónicas, que la tienen incautada en el Centro de la Memoria histórica o Archivo de la Guerra Civil? ¿Va a seguir el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero manteniendo la ignominia del expolio franquista o aplicando la memoria histórica va a dejar que sus propietarios puedan recuperarla?


Muchas organizaciones estamos en coma clínico inducido (nos quieren provocar una amnesia), porque los demócratas no nos dejan acabar de acordarnos de todo aquello que algunos nos usurparon y ellos han mantenido alejado de nosotros.


La propiedad del patrimonio documental de las organizaciones políticas y sindicales, que fue incautado por el régimen anterior y que este actual disfruta, debe de ser reconocida a sus auténticos propietarios y que estos hagan con esa documentación lo que crean conveniente, siempre que no atenten contra la Ley de Patrimonio Histórico español.


Señor Zapatero, señores diputados que piensan liquidar la Memoria Histórica con una Ley de Punto Final, sean conscientes que si este problema no se soluciona la injusticia será perpetua, sean conscientes que si Franco lo arrebato ilegalmente y por la fuerza, ustedes están legalizando sus acciones.


A cada uno lo que le corresponda…

sábado, 29 de septiembre de 2007

Primer centenario de la muerte de Fermin Salcochea, un desconocido para much@s


JOSÉ LUIS GUTIÉRREZ MOLINA/HISTORIADOR

Con sordina y gracias a las iniciativas de la Asociación de Amigos de Fermín Salvochea, por un lado, y del Sindicato de Oficios Varios de la CNT de Cádiz, de otro, se está recordando estos días la personalidad, obra e ideas de Fermín Salvochea aprovechando que se cumplen cien años de su muerte. Aunque para ser justos hay que reseñar que quienes comenzaron fueron en abril las jornadas organizadas por el IES Francisco Pacheco de Sanlúcar de Barrameda. Después, el sábado pasado, aparecieron las pancartas que desplegaron los hinchas de la Columna Salvochea que más que un recuerdo eran toda una declaración de principios.

Salvochea es un personaje incómodo, hasta inclasificable. Tanto más cuanto el desconocimiento existente sobre él haría sonrojar a una sociedad que tuviera, en su conjunto, un nivel cultural, social y político, superior al que tiene hoy día la española en general y gaditana en particular. No es una valoración, sino una constatación cuya responsabilidad no puede ser compartida al mismo nivel por el ciudadano, los universitarios o la clase política local. Todos seguimos tirando de los mismos trabajos, en especial de la obra de Fernando Puelles, y de las mismas fuentes mientras que siguen esperando no ya una investigación profunda sobre su vida y obra, sino siquiera que se edite en español el trabajo colectivo que, hace justo veinte años, editó la Universidad de Vincennes con el título de Un anarchiste entre la légende et l'histoire. Fermin Salvochea.

Su vida pública transcurrió en unos años especialmente agitados de la historia contemporánea española. Los que van desde la caída de Isabel II hasta el comienzo del siglo XX, en vísperas del nacimiento del sindicalismo moderno con la creación de la CNT. Las décadas durante las que fracasó la configuración moderna del Estado español con la caída de la I República y se consolidó una monarquía reaccionaria que no resolvió los numerosos problemas existentes. Como la propia configuración territorial del Estado y la consideración de la cuestión social como algo más que un problema de orden público. En ambos casos tuvo un protagonismo especial Salvochea. En el primero como destacado participante de los sucesos cantonales del verano de 1873. En el segundo como referente del asociacionismo obrero en su lucha por su propia existencia e introductor de la convocatoria del 1º de mayo y la reivindicación de las ocho horas.

Hoy, la mayoría de los temas centrales de su pensamiento y acción siguen estando vigentes. Cuestiones como el internacionalismo, la religión, el antimilitarismo, las reivindicaciones laborales, las relaciones personales ¿quién puede dudar de su vigencia en unos momentos en los que la desigualdad, la represión y la expoliación avanzan en sentido geométrico a la vez que apenas se mantiene la capacidad defensiva de los explotados? Salvochea se negó a escribir sus memorias. Más aún, desanimó a quien se lo propuso porque estaba convencido de que la sociedad capitalista no podía permitir siquiera el recuerdo de la existencia de miles de salvocheas Su discípulo Pedro Vallina que lo intentó, perdió todo el material que había recopilado en 1939, tras la victoria de los golpistas de julio de 1936. Después vino el silencio de los cementerios durante la dictadura, al que sucedió el olvido y la discreción durante las décadas de democracia.

Salvochea transitó del republicanismo federal, al anarquismo. De político a militante obrero que, desengañado, terminó afirmando que nada se podía esperar de la política. Uno más de los muchos que tras pasar por las filas del Internacionalismo obrero terminaron en las del anarquismo. Una militancia que apenas se nombra. Como tampoco se dice que su irreligiosidad fue radical, no sólo librepensadora. Mi religión es practicar el bien escribió. Que frente a las patrias de campanario, al patrioterismo tan al uso, nos recuerda, con su internacionalismo, que el mundo es la patria de los hombres. Que su antimilitarismo no es sólo la oposición a la contribución obligatoria de sangre, sino a la existencia de cualquier tipo de ejército. En definitiva que es el hombre, en toda su complejidad, quien protagonizará el cambio social. Por eso pudo escribir que si se mirasen al microscopio las joyas que lucía la burguesía se verían que, en ellas, estaban los glóbulos rojos que faltaban de la sangre de los trabajadores.

Para Salvochea el capitalismo no es muy diferente de una sociedad caníbal. Sólo es más refinada e hipócrita: el capitalista devora al trabajador como el caníbal a su semejante. Como seguidor e introductor de los planteamientos de Pedro Kropotkin, se consideró anarcocomunista. Es decir que, frente al colectivismo de Bakunin defendió la socialización tanto de los medios de producción como de los productos. También consideró que la acción debía trascender al individuo. Así, su vida fue una apología de la ejemplaridad del hecho. La ética del revolucionario era tan o más importante que la definición del modelo de sociedad que pretende crear.

Actividades que le hicieron peligroso: Salvochea era un elemento sincrético que preocupó a las autoridades hasta el punto de considerar necesario hacerle callar. Padeció cinco procesos y una nueva condena a doce años de prisión. Nada, sin embargo, pudo romper la figura de quien, todavía vivo, había comenzado a ser un mito. Si 5.000 gaditanos acudieron a recibirle en abril de 1899 tras ser amnistiado, más de 50.000 asistieron a su entierro. Comenzó entonces la lucha por apropiarse de su figura. Los republicanos fueron los primeros interesados en hacer de Salvochea un ídolo. El escritor Vicente Blasco Ibáñez estuvo entre los que más hicieron por forjar la imagen de Salvochea «apóstol», de «un santo laico». Una visión que servía a los planes del republicanismo de desplazar al anarquismo del mundo obrero. Frente a este retrato apareció el ácrata. Vallina lo mostró como un «héroe moderno» que luchaba por la causa del pueblo, denunciaba la perversidad de la propiedad, el simulacro de la justicia burguesa, las virtudes del comunismo igualitario y la necesidad de la igualdad económica para establecer la fraternidad entre los hombres. Fue un Quijote de carne y hueso.

Después también llegó la banalización de su figura que no ha parado hasta hoy dejando en segundo lugar, considerándolos fracasados y obsoletos, los ideales que defendió. Hay quien hace hincapié en su federalismo. Otros en su labor en la alcaldía. A algunos lo que les interesa es destacar su figura de hombre bueno, en abstracto, que nunca descargó sus responsabilidades en otros y acompañaba a su madre a la puerta de la iglesia. Hasta hay quienes aspiran a convertirlo en un santón milagrero que, en Cádiz no podía ser de otra manera, da vivienda y trabajo.

Pero Salvochea es mucho más que todo eso. Fue un ácrata que pensaba que la utopía era posible y que sabía que los enemigos de cualquier avance social, los de entonces y los que vinieran después de su muerte, no dejarían de atacarle y llamarle iluso. El revolucionario Salvochea, su influencia moral, le hace merecer de algo más que dar nombre a una calle o a una biblioteca. Al menos que en su ciudad se le conozca más de lo que lo es hoy. No quiero perder la esperanza de que estos actos no sean flor de un día sino semillas germinadoras de un extenso vergel

martes, 25 de septiembre de 2007

Primer centenario de la muerte de Fermin Salvochea


El proximo jueves 27 de septiembre se cumple el primer centenario de la muerte del anarquista gaditano Fermin Salvochea y Alvarez.
Para este mismo día, el SOV de Cádiz presentará la biografía de Fermin Salvochea (II Edición) de Pedro Vallina (1957), en la Asociación de la Prensa de Cádiz ( C/Ancha) a las 19 h.
La presentación correra a cargo del historiador José Luis Gutierrez Molina, escritor del prologo de esta nueva edición.
En el mismo acto se podrá adquirir el libro (15 €), que a su vez ya se encuentra disponible en muchas librerias gaditanas.
Así mismo informamos que proximamente se editará una pelicula-documental sobre la vida del anarquista gaditano.
"NO SE PUEDE ESPERAR NADA DE LA POLITICA" Fermin Salvochea (1842-1907)

martes, 11 de septiembre de 2007

Ha fallecido José Palacios Rojas, “Piruli”: breves notas para el recuerdo.


José había nacido en 1914 en el pueblo de Coria del Río. Trabajador del campo desde niño, a los 9 años ya estaba afiliado al Sindicato de la CNT e integraba las Juventudes Libertarias. Participó activamente junto a sus compañeros en la vida sindical y cultural de la CNT de la localidad, que llegó a agrupar a la práctica totalidad de los trabajadores corianos durante la II República. Tras el golpe de Estado militar y la ocupación del pueblo por las escuadras fascistas, con la consiguiente masacre de trabajadores desarmados, José consigue huir y se integra en las unidades milicianas. Lucha en el frente de Madrid hasta la derrota, llegando en la retirada hasta el Puerto de Alicante, donde es capturado. La llevan al campo de concentración de Albatera, donde sufrirá como tantos otros el hambre, penuria y enfermedades a que someten los fascistas a los vencidos. Tras varios años de prisión, se suma a la lucha clandestina contra el franquismo y tras la muerte del dictador participa en el relanzamiento de la CNT en Sevilla, a la que ha pertenecido hasta su muerte, siendo un ejemplo de modestia, dignidad y entrega para todos los compañeros.

Desde la Federación Local de Sindicatos de la CNT de Sevilla queremos expresar nuestro agradecimiento a José y a todos los hombres y mujeres que nos han precedido en la lucha por una sociedad más digna y humana, sin clases y sin Estado, en socialismo y libertad. Por mostrarnos con su ejemplo consecuente que es posible vivir sin amos, con justicia y fraternidad. Para todos/as ellos/as y especialmente, en el día de hoy, para el compañero “Piruli”, nuestro recuerdo emocionado y nuestro compromiso de seguir adelante.

Valero Chiné Bagué, anarcosindicalista: breves notas para el recuerdo.


Valero Chiné Bagué, nació en Fraga -al sureste de la provincia de Huesca- el 1 de noviembre de 1918, militante de la Confederación Nacional del Trabajo desde muy joven, casi un niño, murió el pasado 12 de julio de este año 2007.

El año 1976 Valero junto con otros compañeros que resistieron a la guerra civil y al doloroso “exilio interior” provocado por la dictadura franquista, decidieron que era el momento de devolver a la luz pública la organización por la que tanto habían luchado. La nueva realidad, provocada por la muerte del dictador, estaba de su parte y a los pocos meses, su esfuerzo fue recompensado. En el “77” el nombre de Valero Chiné fue uno de los que sirvieron para dar legalidad jurídica a la CNT de Fraga.

Atrás quedaban los oscuros años del franquismo, la lucha clandestina, la represión, la guerra y la revolución. Permanecían, también, los imborrables recuerdos y los acontecimientos vividos en su juventud; su paso por la escuela de J. Alberola (en 1933 asiste por primera vez a clases nocturnas que el maestro racionalista imparte en los locales de la Sociedad Cultural Aurora, “ateneo libertario” y filial de la CNT de Fraga). Fueron los años que, sin duda, forjarían su compromiso militante; se asoció al “Ateneo”, más tarde a la CNT y colaboró activamente en la “creación” y organización de las Juventudes Libertarias.

Cuando estalla la guerra civil -como consecuencia del golpe de estado del 18 de julio- se alista a la Columna Durruti, Participa en varias zonas del “Frente de Aragón”, y forma parte de una de las Centurias de la Columna que se desplaza hasta Madrid para apoyar su defensa. Fue protagonista en los duros combates contra las tropas franquistas en la zona del Hospital Clínico y Zona Universitaria y, como otros tantos compañeros de Fraga, recibió la dura noticia en plena batalla, de la muerte de Durruti.

Cuando el gobierno de la República impone la militarización de las milicias, no estando de acuerdo con esta medida abandona voluntariamente la Columna Durruti.

A su regreso, Fraga se encuentra en pleno proceso colectivista, en ese momento es nombrado delegado en la Cooperativa de Consumo de la Colectividad, responsabilidad que ejercerá hasta su regreso al frente. Será testigo de algunos de los fatídicos acontecimientos, protagonizados por la 27ª División, la antigua Columna Carlos Marx; además del acoso que esta ejercía contra los colectivistas, hechos que de alguna manera, ya pronosticaba el trágico futuro que les esperaba.
Con la movilización militar y llamada a quintas, de nuevo, tiene que incorporarse a filas; pero esta vez, de manera forzosa. Sin embargo, unos días antes de que eso ocurriera y con la preocupación de ser reclutado en una unidad militar con un color político “non grato”, decide alistarse voluntariamente a la 127 Brigada Mixta de la 28ª División, la antigua Columna Roja y Negra que tenía las oficinas de su Estado Mayor muy cerca de Fraga, en Albalate de Cinca. División con la que luchará en varios frentes hasta el final de la guerra.
El fin de la contienda le sorprende en Madrid y Valero será uno de los muchos combatientes de la zona republicana que se desplace (como pueda) hasta Valencia para después esperar en el trágico puerto de Alicante la llegada de un barco internacional que le conduzca hacia un exilio forzoso pero, que al menos, pueda salvarle la vida. No fue así los barcos soñados no llegaron y Valero cae prisionero. Empieza un periplo que durará años, pasando por campos de concentración y cárcel, primero en Albatera, Porta Coeli, Miranda de Ebro y finalmente en Rentería. Al regresar a Fraga vuelve a ser condenado a siete meses de trabajos forzados; esta vez, es denunciado por “Desafecto al Movimiento Nacional”, es trasladado a Zaragoza y conducido al campo de aviación Las Bardenas.

A finales de 1940, cuando por fin parece encontrarse “libre”, empieza a trabajar en las minas de carbón como medida provisional para eludir el servicio militar; oficio que, sin embargo, ejercerá durante veintiséis años, en la cuenca minera de la Granja d´Escarp y Mequinenza, (pueblos de la provincia de Lleida y Zaragoza pero muy cercanos a Fraga) En 1946 es detenido por la policía y guardia civil junto a otros muchos mineros por la reorganización de la CNT clandestina. Doscientos cincuenta compañeros de la provincia de Lleida y de algunos pueblos cercanos de la parte aragonesa, -como Mequinenza, Fraga, o Torrente de Cinca- serán procesados y encarcelados. Valero permanecerá casi un año en la cárcel de Lleida y once años de libertad condicional y vigilada. A todo esto, hay que añadir la humillación pública, por parte de las autoridades locales, los malos tratos y la tortura durante la detención. Y por si fuera poco, a la tragedia familiar hay que sumarle que hacía tan solo seis meses de su unión en matrimonio con su compañera Conchita.

Los años siguientes y hasta la muerte del dictador, su abnegada militancia no decayó y su compromiso fue firme a pesar del hostigamiento que la dictadura ejercía. Siguió haciendo sindicalismo dentro de sus posibilidades, ayudando y tendiendo siempre la mano a los mas desfavorecidos, “ganándose” por ello el reconocimiento de sus compañeros de trabajo; pero, además, y, paradójicamente, el respeto de muchos patronos y de sus adversarios políticos.

A pesar de su azarosa vida su entusiasmo no menguo y su forma de entender la vida, se basaba claramente en continuar trabajando en favor de unos ideales, -que para algunos ya parecían caducos delante de los nuevos acontecimientos políticos, que con la muerte del dictador se avecinaban-. Pero para él continuaban teniendo la misma validez de siempre.
En estos últimos treinta años Valero supo conjugar muy bien su militancia con su edad, pues a pesar de la diferencia generacional, nunca tuvo un mal gesto ni un desagravio; todo lo contrario, ayudó a la formación de la militancia más joven y siempre desde el respeto; sin imposición ni coacción. Animó y apoyo todas las iniciativas, con sus ideas y propuestas, sin olvidarse de su cuota sindical; en esta última etapa colaboró en la formación de la asociación Centro de Estudios Libertarios José Alberola. El conocimiento, en muchos casos por ser protagonista directo, de la historia social y libertaria tanto de Fraga como de la comarca, lo llevó a participar en varios documentales históricos; “Ni peones Ni patrones” de S. Kontrasfilm de Ámsterdam, o “Vivir La Utopía” de la cadena Arte, además de colaborar aportando datos y documentos a investigadores de historia y artículos de prensa.

Somos conscientes que dejamos muchas anécdotas y buena parte de la historia de tan intensa vida, quizá la abordemos en otro momento. Con este comunicado solo pretendemos hacerle nuestro particular homenaje para compartirlo con su familia y amigos y hacerlo extensivo a toda la Confederación y el Movimiento Libertario.

No dudamos en decir que la ausencia de Valero deja un inmenso vacío en la organización, pero el recuerdo de su profunda humanidad y sus firmes convicciones serán el aliento necesario para continuar hacia delante.

miércoles, 5 de septiembre de 2007

CAE EL ULTIMO DE LOS JUBILES


El pasado sábado 1 de septiembre libró su último combate el compañero José Moreno Salazar, último superviviente del grupo guerrillero de Los Jubiles.
José Moreno nació en Bujalance (Córdoba) en 1922, en una familia jornalera, por lo que la guerra lo alcanzó siendo un niño. Afiliado a la CNT desde muy joven, empezó siendo enlace del grupo “Los Jubiles”, llevando y trayendo información y víveres entre el monte y el pueblo. Bujalance era una localidad de una gran influencia libertaria, encabezada por los Hermanos Rodriguez Muñoz,“Jubiles”, que al finalizar la guerra formaron un grupo guerrillero que logró resistir hasta 1944. Testigo de la durísima represión fascista en el pueblo, que sufre directamente su familia y él mismo, se unió finalmente al grupo en 1941. Así se inició su vida como guerrillero, contada por el mismo en su libro “El guerrillero que no pudo bailar”, publicado hace tan solo unos años.
Tras varios años de resistencia y lucha en Sierra Morena, el grupo es victima de una traición y cae en un cortijo de Montoro. Todos los miembros del grupo son asesinados, excepto José que salva la vida al derrumbarse sobre él parte del techo del cortijo en el que se cobijaban. Es llevado a la cárcel de Montoro y luego a la de Córdoba, volviendo a caer sobre él la tortura y la represión. En un arranque de audacia, consigue escapar de la prisión y huye a Manzanares. De ahí a Valencia, luego a Madrid. Para intentar ocultar el mito de que el último de los Jubiles estaba vivo y había escapado, la Guardia Civil mata a un pobre hombre y publica en la prensa con grandes titulares que ha terminado con José Moreno. Pero José consigue documentación falsa y comienza una nueva vida con el nombre de Antonio Pérez. Finalmente se instaló en Osa de la Vega (Cuenca), dedicado a los seguros de defunción, lo que no deja de tener gracia para ser alguien que ya estaba muerto “oficialmente”. No recuperó la posibilidad de usar su nombre verdadero hasta 1982.
José Moreno vivió muchos años bajo otra identidad y ocultando su procedencia y sus ideas. Su historia permaneció oculta pero no olvidada. Su memoria prodigiosa y su ánimo tenaz le permitieron, muchos años después, describir la travesía de su lucha y la de sus compañeros de una forma meticulosa y exhaustiva. No olvidó tampoco sus ideas libertarias y desde que recuperó su identidad no cesó en el empeño de que se reconociera y recordara a sus compañeros. José promovió con su tesón los actos celebrados hace dos años en Bujalance y Montoro que culminaron con la construcción de un monolito en el lugar donde murieron. José volvió a ver su pueblo después de más de 40 años.
La versión de José acerca del final de “Los Jubiles” no era compartida por algunos familiares de éstos, que dudaban que él hubiera estado presente. Pero el tiempo ha querido que el expediente instruido por el ejército franquista y la Guardia Civil al grupo guerrillero haya sido encontrado en el Archivo Militar de Sevilla, dando la razón plenamente a las palabras del compañero José.
Aquejado por graves dolencias del corazón desde hacía varios años, no dudó jamás en asistir a actos, conferencias, allí donde se congregaran guerrilleros para seguir manteniendo viva su historia. La muerte de su compañera el año pasado agravó sus dolencias hasta que el sábado ya no pudo más.
Ha muerto el último de Los Jubiles. De él nos queda un ejemplo de lucha constante que nos demuestra que ésta es posible siempre, aun en las condiciones más adversas, sin perder la humanidad que caracteriza a los auténticos anarquistas. Que la tierra te sea leve, compañero

lunes, 3 de septiembre de 2007

Ha muerto José Moreno, luchador anarquista

Ha fallecido en Alcázar de san Juan el día 1 de septiembre José Moreno, último guerrillero libertario andaluz. Nació en Bujalance, provincia de Córdoba de familia de jornaleros, conoció la guerra con sólo catorce años. El frente estuvo mucho tiempo establecido cerca del pueblo y cuando al final entraron las tropas franquistas hubieron de huir muchos vecinos para evitar detenciones, torturas y fusilamientos. Preso por primera vez en diferentes presidios, consiguió evadirse, vio torturar a su madre y a numerosos amigos a manos de la guardia civil y la Falange.
Se unió a la guerrilla de los hermanos Rodríguez que habían luchado en el Ejército Popular de la República y con ellos y muchos otros compañeros anarquistas pasó años de lucha en las sierras de Andalucía y La Mancha. Perseguidos hasta el exterminio y traicionados por chivatos que se hacían pasar por guerrilleros y trabajaban para las fuerzas de la represión, fue cogido preso tras un ataque en el que murieron todos los demás resistentes de esa guerrilla. Él quedó sepultado bajo los escombros de la casa en la que se refugiaban y que fue literalmente arrasada por los atacantes. Detenido pasó una larga temporada en la cárcel hasta conseguir evadirse por segunda vez. Desde entonces comenzó para él una larga época de clandestinidad, huidas, y enormes dificultades. Consiguió hacerse con documentación falsa y hubo de trabajar en todo tipo de labores en diferentes provincias, siempre lejos de su tierra natal. Afortunadamente la Guardia Civil creía que había sido muerto en un tiroteo con sus agentes y hasta llegó a publicarse la noticia de su fallecimiento en la prensa cordobesa. De esta forma pudo sobrevivir en el interior hasta la muerte del dictador y la llegada de la actual democracia. No pudo darle su apellido real a sus hijas que aún hoy han de mantener el apellido ficticio que con su falsa documentación utilizó durante años José.
José Moreno escribió unas interesantísimas memorias, de enorme dureza y realismo, relato simple y puro de los graves hechos que le tocaron vivir. Por desgracia el miedo y la falta de visión de numerosos editores las mantienen aún inéditas. Nunca olvidó su ideal anarquista, dedicó sus últimos años a dar a conocer a las generaciones más jóvenes desde la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE) de la que era miembro junto a los demás guerrilleros supervivientes, y desde la CNT la tragedia del franquismo, y a exigir la recuperación de la memoria de sus víctimas. Pudo regresar a su pueblo natal y ver inaugurarse un pequeño monumento en memoria de él mismo y los que con él lucharon contra la dictadura en los montes durante años de feroz resistencia guerrillera. En aquel emotivo acto tuvo además la satisfacción de estar respaldado por todos los demás guerrilleros antifranquistas aún vivos y especialmente por José Murillo, Comandante Ríos, último guerrillero comunista de la serranía de Córdoba que aún vive.
Su enorme ingenio, la agudeza de sus observaciones y la frescura y claridad de su habla con la que relataba las cosas más tremendas con especial ironía y humor, le convirtieron no sólo en un auténtico testimonio vivo de aquella época de resistencia y de los ideales anarquistas, sino en un magnífico conversador, un transmisor inteligente de la larga tradición libertaria andaluza y un hombre sencillo cargado de profunda humanidad.Secretaria general de Archivo de Guerra civil y Exilio

viernes, 31 de agosto de 2007

JOSE PELLICER, REVOLUCIONARIO INDOMABLE


La palabra que mejor describe a José Pellicer (1912-1942) es la de revolucionario, calificativo relacionado con un estatus de prestigio que en la actualidad resulta de difícil comprensión, puesto que hoy el prestigio popular va ligado a la imagen más que al ejemplo y el valor de un hombre es determinado por su cotización en el espectáculo más que por el coraje o la integridad. Si dejamos hablar a los hechos, José Pellicer pertenece a la estirpe de los grandes hombres, aquellos que han querido acabar radicalmente con la injusticia y la explotación y han puesto toda su inteligencia y todo su empeño en ello, alcanzando en la tarea cotas muy altas. Su trayectoria al servicio de la revolución proletaria es suficientemente explicativa. Su adhesión a la causa revolucionaria fue tanto más sentida y verdadera por cuanto no estaba basada en motivos económicos, siendo de una familia con medios. Se hizo anarquista por idealismo; su entrega fue siempre altruista, pagando con su persona y buscando la dignidad de los débiles y oprimidos en el combate contra los poderosos y explotadores. Ejemplar como hombre de acción y como hombre de ideas, Pellicer alcanzó el rango de figura histórica al representar su persona la adecuación ideal entre el pensamiento emancipador de la clase oprimida y la lucha efectiva por su liberación. Fué atraído por el anarquismo en fecha temprana. En 1931, con tan sólo diecinueve años, era secretario del Ateneo de Divulgación Anarquista de Valencia. Su valía y arrojo le hicieron destacar entre los anarquistas valencianos ya que representó al Comité Regional de la Federación de Grupos de Levante en el Pleno Peninsular celebrado en Barcelona a finales de julio de 1932. Se afilió a la CNT ese mismo año como mecanógrafo. Su militancia revolucionaria fue incesante, participó en todas las luchas insurgentes de su tiempo, en las de 1993 y en la de 1934, padeciendo por ello persecución y cárcel. Merece destacarse su intento de sublevar el cuartel donde estaba movilizado en la huelga insurreccional de Manresa, en octubre de 1934, por lo que fue juzgado y sentenciado a la deportación. Sus compañeros le sacaron del barco que le debía llevar a Villa Cisneros. Hasta el 19 de julio se pasó el tiempo entrando y saliendo de la cárcel. Su militancia en el grupo “Nosotros” de la FAI, su actividad en los comités de defensa de la CNT y por encima de todo su intervención en la famosa Columna de Hierro, cuya sola mención hizo temblar durante meses a cuantos partidarios del orden opresivo en la modalidad que fuese la escuchaban. Con apenas unos centenares hombres más armados con el entusiasmo que con el material insuficiente conseguido en el asalto a los cuarteles de la Alameda de Valencia, Pellicer, Rafael “Pancho Villa”, Rodilla, Segarra y demás compañeros libraron batalla en Barracas, Sarrión y Puerto Escandón, haciendo retroceder a los fascistas hasta las puertas de Teruel. Quedó liberada del fascio una extensa zona, aliviándose la presión sobre Castellón y Sagunto. Entonces brilló no solo por su arrojo, sino por sus dotes de organizador y estratega de la revolución libertaria, tanto como empezaban a hacerlo Durruti, Máximo Franco o Francisco Maroto. Era culto, políglota, teóricamente preparado, con ideas muy claras a las que sabía dar una expresión incisiva, lo que unido a su alta estatura y voz segura, imponía a quien se le aproximara. Quienes le conocieron y compartieron sus ideas y objetivos le reconocían una dimensión humana y un carisma nada corrientes, virtudes que resaltaban más al acompañarse de un desinterés y de una humildad admirables. Las necesitó para encabezar una columna compuesta por gente que no reconocía ninguna autoridad y para dar sentido revolucionario a su ímpetu. La Columna de Hierro colaboró con los campesinos de los pueblos en los que se desplegó, mostrándoles la manera de ser libres. Las primeras experiencias de comunismo libertario tuvieron lugar al calor del combate de los milicianos. Más que ninguna otra, ni siquiera la Columna Durruti, la Columna de Hierro actuó a la vez como milicia de guerra y como organización revolucionaria: levantó actas de sus asambleas, publicó un diario (“Línea de Fuego”), distribuyó manifiestos y lanzó comunicados, porque necesitaba explicar sus acciones en la retaguardia y justificar sus movimientos y sus decisiones ante los trabajadores y los campesinos. Una organización tal predica con el ejemplo y deja constancia de él. Esa fue su principal particularidad, que Burnett Bolloten rescató en su libro “El Gran Camuflaje”.
Los historiadores se han portado muy mal con él por la sencilla razón de que jamás han contemplado la guerra civil como una revolución fallida, la última de las revoluciones sostenida por ideales emancipatorios, y han tratado de presentarla como un levantamiento militar y clerical contra un poder democrático legítimamente constituido. Obrando así, los historiadores tomaban partido por la República y oscurecían adrede el enfrentamiento feroz entre clases que subyacía debajo del manto político republicano. La acción independiente y revolucionaria de toda una clase histórica, el proletariado, fue ninguneada, y con ella sus mejores logros sociales y sus figuras más señeras. Incluso el dolor y sufrimiento de las víctimas fue obviado. Las fosas comunes sólo se han abierto casi treinta años después de muerto Franco. El interés político de los futuros dirigentes posfranquistas requería una amnesia social y sus historiadores se la servían en bandeja. La democracia española se edificó con el olvido.
Tampoco, y eso es más grave, los libertarios de ahora han prestado demasiada atención a sus héroes, fuera de la deplorable santificación de Durruti. Empeñados en hacer de él un mito, acabaron por matar al revolucionario. Es tan comprensible como lo anterior. El peso del pasado es demasiado fuerte para los libertarios actuales, que se desconciertan y deprimen ante sus responsabilidades históricas. Por eso se sienten cómodos con renegados patéticos como García Oliver, heroicos moderados como Juan Peiró, o huecos figurones como Federica Montseny. Además, no hay que pasar por alto el hecho de que muchos cenetistas tuvieron bien poco de revolucionarios y su actuación, a la luz de la historia, resulta en efecto descorazonadora y desconcertante. Si añadimos a ello el hecho de que importantes cenetistas valencianos como Juan López y los seguidores del manifiesto de los Cinco Puntos colaboraron en los años sesenta con el franquismo, no nos extrañará que José Pellicer resulte indigerible para muchos de sus correligionarios. Sus propias virtudes le perjudicaban porque reflejaban los peores defectos de sus adversarios dentro de la CNT. La integridad de Pellicer hacía más lamentables sus ambiciones y más vergonzosas sus capitulaciones.
Sabido es que el movimiento libertario se encontraba profundamente dividido en cuanto a principios, tácticas y finalidades, y el Congreso de Zaragoza no consiguió zanjar la cuestión. Cuando se levantaron los fascistas el 18 de julio, rápidamente se dibujaron entre los anarcosindicalistas dos líneas de actuación antagónicas, una posibilista y contemporizadora y la otra idealista y revolucionaria. En esta estuvo Pellicer, como, dado su talante, no podía ser de otra forma. En Valencia las dos posiciones, representadas por el Comité de Huelga, sindicalista, y por el Comité de Defensa, faísta, despuntaron desde el primer día. Tras la toma de los cuarteles ambas tendencias encontraron su camino sin estorbarse; la una reconstruyó la legalidad republicana a través del Comité Ejecutivo Popular, órgano autónomo que incorporaba en clave política a la nueva realidad representada por la irrupción de la CNT y la UGT. La otra creó por un lado comités de base que pasaron a controlar fabricas y pueblos, y por el otro, organizó las columnas de milicianos que contuvieron a los militares en Teruel, Andalucía y Madrid. José Pellicer representa al empuje revolucionario de los trabajadores y campesinos valencianos; Juan López, su contrafigura, representa la habilidad política de la burocracia libertaria en ciernes, buscando aposentarse en la gestión de las parcelas de poder conquistado, especialmente en el campo económico. La tendencia contemporizadora de la CNT, mayoritaria entre los militantes valencianos, transigirá con las formas de autoridad y legalidad burguesas con tal de participar en ellas, mientras que la tendencia revolucionaria se estancará en el frente falta de armas y demás pertrechos de guerra, descubriendo una retaguardia donde todo continuaba como antes, sin el menor atisbo de espíritu revolucionario. Las justicieras expediciones a la retaguardia de la Columna de Hierro en busca de armas en las casernas de la Guardia Civil o de la nueva policía comunista Guardia Popular, por no hablar de la quema de archivos o los asaltos a las audiencias, pusieron a los dirigentes colaboracionistas de la CNT en mala postura frente a los demás socios políticos. Entonces dejaron solos a los revolucionarios frente a la legalidad republicana reconstruida y armada. El resultado fue la masacre del 30 de diciembre en la Plaza de Tetuán en la que el mismo Pellicer salió herido, prefiguración bien adelantada de los hechos de Mayo en Barcelona. Treinta anarquistas fueron asesinados y más de ochenta heridos sin que los representantes oficiales de la CNT hiciesen otra cosa que lamentarlo. Los revolucionarios se vieron atrapados en el chantaje moral a que les sometía su propia Organización: si abandonaban el frente para vengarse provocarían una guerra civil en el bando republicano que iba a dar la victoria al fascismo. No quedaba sino posponer el desquite para tiempos mejores. Pero al ceder en ese punto hubieron de ceder en todos. En la disolución de los comités, en la entrada en el gobierno de cuatro ministros anarquistas, en el desarme de los campesinos colectivistas y en la militarización de las columnas. De nuevo el chantaje: o atemperarse o desaparecer. La militarización fue acordada con noventa y dos miembros de la Columna de Hierro presos en las Torres de Quart por los sucesos de Vinalesa, entre ellos Pedro Pellicer, su hermano, responsable del cuartel de Las Salesas. Sin embargo sería injusto decir que José Pellicer se plegó a las circunstancias como por ejemplo sugiere Mera en sus memorias. En el seno de la misma FAI, Pellicer, como miembro del grupo “Nosotros” pugnó por la conducta orgánica más acorde con las ideas de liberación y no aceptó las alianzas con los otros sectores autodenominados antifascistas sino transitoriamente, por imperativos de guerra. Con fondos de la columna, sus compañeros fundaron el diario “Nosotros”, dotando a los grupos anarquistas valencianos de la mejor publicación ácrata que haya habido en la península. “Nosotros” no se atuvo a las directivas oficiales mientras fue controlado por el grupo de Pellicer, y fue portavoz del mejor espíritu revolucionario anarquista hasta que la FAI se transformó en partido político y el Comité Peninsular lo escogió como vocero, apoderándose de él a través de arteras maniobras en los plenos.
Los revolucionarios fueron sustituidos por burócratas, y los que no se refugiaron en sus sindicatos lo hicieron en sus unidades militarizadas esperando tiempos propicios. Pero los buenos tiempos de la revolución jamás volvieron. Pellicer fue herido en Albarracín y separado de la brigada 83, la antigua Columna de Hierro, cosa que aprovecharon los comunistas, mucho más fuertes en el gobierno de Negrín, para detenerle mediante agentes del SIM y llevarle de checa en checa. No se atrevieron a asesinarle como hicieron con Andrés Nin y tras nueve meses consiguió salir de la checa de la calle Valmajor de Barcelona. En octubre de 1938 fue reintegrado en el Ejército Popular al frente de la brigada 129, pero los comunistas lograron relegarle al mando de un batallón. La partición de la España republicana le pilló en la zona centro. En los últimos días de la guerra, ya en Alicante, se preocupará, como siempre, de poner a salvo a los demás, aun a costa de su persona. Detenido por los italianos, fue delatado y salvajemente golpeado por los vencedores. En su traslado a Valencia sufrió varios simulacros de fusilamiento. Durante tres años fue llevado de una prisión a otra. No tuvieron bastante con las torturas y ya que no pudieron destruir su hombría y entereza con palizas y humillaciones lo intentaron con la más pérfida de las maniobras: trataron de corromperle a cambio de perdonarle la vida. Le ofrecieron ir a combatir a los rusos. No sabían sus verdugos que alguien como Pellicer no se vendía, que no había nada en el mundo con qué comprar su honor. Pellicer se enfrentó a la muerte con serenidad. Fue fusilado en Paterna, junto a su hermano Pedro, compañero de lucha. Aunque hoy tenga tan poco sentido el valor, quizás porque no tenga precio, que quien sienta vibrar en su interior la llama de la rebeldía intente comprender que ese día murieron dos valientes. Sin embargo sus ejecutores no lograrían matar al símbolo, puesto que los hermanos Pellicer simbolízan el lado invencible de la revolución: la conciencia insobornable y el anhelo de libertad.
Ningún poeta ha cantado las hazañas o el calvario de José Pellicer, tan cierto es que la poesía abdicó su función liberadora al postrarse ante la pistola de Líster. Tampoco la vida heroica de José Pellicer no tiene interés para los historiadores que ignoran la revolución social y se limitan a arreglar las apariencias para restar legitimidad al franquismo y poco más. Menós interés si cabe mostrarán los herederos del anarquismo de Estado, los hinchas de aquellos traidores de antaño, adalides de la colaboración de clases, para quienes el pasado es algo brumoso cuyas verdades han de ser explicadas a los legos desde el templo de la ortodoxia circunstancialista y del santoral orgánico. Pero para los revolucionarios, o simplemente, para los partidarios de la verdad, para aquellos que no ven en la ideología anarquista algo pintoresco e inofensivo con que entretenerse, mantener en el olvido la memoria de José Pellicer es más que un crimen; es la peor ofensa que se puede cometer contra los ideales por los que luchó y murió. Nadie puede considerarse, en Valencia sobre todo, anarquista, y por ende, revolucionario, sin tener presente el ejemplo del mejor de todos los anarquistas y del mayor de todos los revolucionarios. La memoria es de lo único que no pueden prescindir los idearios derrotados. Es lo único que puede guiar en el presente a quienes los profesan. Por lo tanto, en lo que concierne al patrimonio humano de la revolución española, ignorada por la mayoría, combatida por todas las fuerzas del orden burgués, abandonada por el proletariado europeo y traicionada por unos cuantos que debieron defenderla, la biografía de José Pellicer es la asignatura pendiente.

viernes, 10 de agosto de 2007

Setenta años de la muerte de Barbosa


El 22 de agosto se cumplen setenta años de la muerte de Diego Rodríguez Barbosa, anarcosindicalista, maestro, escritor y articulista que fue asesinado en 1936 en el Arroyo del Sotillo por chiclaneros del bando fascista, que tras torturarle le cortaron la cabeza y jugaron al fútbol con ella. No fue el único caso parecido a éste que hubo en nuestra ciudad. Fue obrero y campesino, luchador y defensor de los derechos de estos.

La vida de Diego Rodríguez Barbosa estuvo llena de contrastes. Nació en Chiclana en 1882. Sus primeros pasos los dio en un colegio de monjas y después continuó sus estudios en un colegio nacional . Su constancia y voluntad, impropias de su edad, le hizo adquirir una cultura fuera de lo normal. Asimilaba las enseñanzas del maestro con gran facilidad. Pero como solía ser normal entonces, sus padres se vieron obligados a sacarlo de la escuela ya que por motivos económicos no podían pagarle estudios superiores.

Al cumplir los dieciocho años Diego llevaba ya la secretaría de un partido republicano (lo más avanzado entonces en Chiclana ideológicamente) y tres años más tarde, en unión de un compañero apellidado Serrano constituyeron una sociedad netamente obrera, que venía a ser como el prólogo de la Organización Confederal CNT que entonces aún no existía. Dicha asociación tenía por objeto defender las causas de los trabajadores, que se encontraban bajo la tiranía capitalista, y que intentó dividir a trabajadores y sindicalistas bajo la amenaza de despedir a los primeros si seguían en la citada sociedad. El miedo y la ignorancia provocaron numerosas deserciones, haciendo que Rodríguez Barbosa marchara a Buenos Aires. No le gustó Argentina y regresó a Europa, París concretamente, donde residía un hermano. Era 1918, a punto de terminar la Primera Guerra Mundial, viviendo algunos bombardeos alemanes.


VUELTA A CHICLANA

Diego regresó a nuestra ciudad poco después y se unió libremente a Manuela Pareja, de Conil, con la que tuvo seis hijos, el primero de ellos, Arquímedes, murió en la guerra civil. Su hermano, al regresar de París, le compró un terreno para que pudiera ser independiente y durante esa etapa se dedicó a la enseñanza, dando clase a hijos de compañeros de partido y trabajadores en general, totalmente gratis.

En Cádiz fundó un semanario, "Rebelión", puramente anarquista. En mayo del 36 asistió al congreso de la CNT en Zaragoza como delegado del sindicato de campesinos en Chiclana. En julio de ese mismo año estalló la guerra. Por toda la provincia se llevaron a cabo crímenes y ajustes de cuentas entre ambos bandos. En esta zona eran mayoría los fascistas de Franco.


ESCRITOR Y ARTICULISTA

Diego Rodríguez Barbosa fue detenido en 1923 y encarcelado en el penal del Puerto de Santa María con los demás miembros del comité local y provincial de la CNT. Entonces se encontraban bajo la dictadura de Primo de Rivera. En los tres meses que estuvo preso escribió algunas de sus novelas como Desahuciados, Pastora y bohemios, La hija del sepulturero; Venganza, amor y sacrificio ... .
Así mismo, escribió innumerables artículos en la prensa libertaria de la época, en los que trataba la situación de los trabajadores, la vendimia, el antimilitarismo y pacifismo, etc. No es de extrañar que practicara el naturismo y fuese vegetariano. También sabía hablar el esperanto, ese idioma común para todos los habitantes de la Tierra, que muchos años después, en vez de haber avanzado en su expansión, parece que se ha estancado de forma alarmante.

MACABRA MUERTE

Decíamos un poco más arriba que había estallado la guerra civil. Diego fue uno de los que la sufrió. Todos conocemos casos de ensañamiento durante la contienda, con atroces crímenes que nos hacen dudar de que el ser humano sea racional y merezca ser llamado así. Con Rodríguez Barbosa ocurrió uno de esos episodios del que todos deberíamos avergonzarnos. Se encontraba escondido en los alrededores de nuestra ciudad cuando fue descubierto por uno del otro bando, delator reconocido. En compañía de otro, que posteriormente quedó paralítico y de algunos que se les unieron después, quisieron obligarle a gritar ¡¡Arriba España!! y ¡¡Viva Franco!!, negándose éste y gritando con entereza: ¡Viva el comunismo libertario!.

Era el 22 de agosto del 36 y se encontraban a unos siete kilómetros de Chiclana, en el Arroyo del Sotillo. Durante el trayecto entre el lugar donde fue descubierto y a donde fue trasladado, le torturaron cruelmente. Ya en el Sotillo, le ajusticiaron y después le cortaron la cabeza. Con total indiferencia, como si fuera lo más normal del mundo, comenzaron a jugar al fútbol con ella, como si fuera un balón.

Esta historia es una más de las muchas que entonces tuvieron lugar, aunque no todos tuvieron una vida tan intensa como Diego. Fue valiente y hasta temerario, no importándole ser encarcelado si ello era motivado por defender a los trabajadores. Sus ideales estaban por encima de todo y gozó de la simpatía de estos. Chiclana debería hacerle un reconocimiento por lo que significó en el mundo del sindicalismo y la lucha obrera.Te recordamos compañero
 El miliciano cnt Chiclana

Ataque fascista contra nuestra Memoria en Cercedo





El monumento dedicado a Francisco Arca Valiñas y Secundino Bugallo Iglesias -dos trabajadores de Figueroa (Cerdedo), militantes de la CNT, paseados y asesinados el 13 de agosto de 1936- situado en Ponte do Barco de Pedre (Cerdedo), fué objeto de un nuevo atentado protagonizado por las huestes fascistas.

Los vándalos arrancaron la placa en la que figura una inscripción donde puede leerse `Murieron por la libertad`, y nombra también a todos los cerdedenses que tuvieron el mismo destino o fueron objeto de cualquier tipo de represalia por defender la libertad.

Se produjo en esta semana y se trata del tercero en menos de un año. Antes de la inauguración, celebrada el 12 de agosto de 2006, quisieron borrar la placa prendiéndole fuego, pero no pudieron conseguirlo. Días después del acto volvieron al lugar para arrancarla y hacerla desaparecer por primera vez.

La asociación ecologista y cultural Verbo Xido, promotora de la iniciativa que hizo posible erguirlo y restaurarlo, emitió un comunicado de condena por este nuevo atentado perpetrado contra un monumento que el pueblo libre de Cerdedo erigió a los 70 años de los asesinatos, y entiende que tales hechos son unas verdaderas agresiones contra valores como la libertad y la inteligencia, que no hacen más que animar la necesidad de seguir trabajando por la recuperación de nuestro pasado, pese a quien le pese.

No deja de llamar la atención la total impunidad con que és posible actuar en Cerdedo, llevando dolor a las gentes que un día dieron lo mejor en la defensa de la legalidad y en procurar una sociedad más justa , en primera persona o a través de sus familiares o allegados.Sus ejemplos son la energía que hace ondear la bandera que erguimos ahora y erguirán los nuestros en el futuro.

Sorprende, porque mientras colectivos como Verbo Xido, y otros esparcidos por Galicia que trabajan por la recuperación de la memoria histórica, cumplen con todos los requisitos y superan no pocos obstáculos para mantener siempre sus actividades en el marco de la legalidad, una institución como el Concello de Cerdedo da marcha atrás y revoca el acuerdo plenario de retirar una calle dedicada a quien fué un reconocido falangista: Manuel Gutiérrez. Además de homenajear a aquellos que son responsables directos de la destrución de la democracia, actuaciones de este tipo alimentan la bestias como las que acudieron a Ponte do Barco a dejar una pegada de sus miserias morales, impotencia y cobardía

jueves, 26 de julio de 2007

El PERIODICO SOLIDARIDAD OBRERA CUMPLE 100 AÑOS


Se cumple un siglo de historia del periódico Solidaridad Obrera, popularmente conocido con el diminutivo de Soli, el medio de comunicación masivo más importante hasta la Guerra Civil, que marcó hitos en la historia del periodismo mundial. Desde su fundación en 1907, no ha dejado de estar siempre en el candelero de la información.
Algunos de sus directores y miembros de la redacción sufrieron prisión y torturas, y no por ello dejó de faltar a la cita con los trabajadores. Su influencia fue de tal calibre que en los años 30 para anunciar, por ejemplo, una huelga general, única y exclusivamente se insertaba el anuncio en la Soli, sin pegar un solo cartel en la calle, lo que da idea del tiraje y lectura de la misma por parte de los trabajadores.
El concepto periodístico de aquella época poco tiene que ver con el de los últimos veinticinco años; por entonces al director y algunos redactores se les exigía -por parte de la Confederación Nacional del Trabajo, de la que Soli es portavoz- dedicación exclusiva y remunerada en algunos casos. De hecho la misma CNT catalana instauraría la figura del “periodista confederal”; este concepto acuñado durante muchos años sirvió tanto para los llamados “directores obreros” como para los que acreditaban un título periodístico. Fueron directores de Soli en los años 20 y 30, entre otros: Ángel Pestaña, Hermós Plaja, Joan Peiró, Eusebi Carbó, Sebastià Clara, Felipe Alaiz, Liberto Callejas, Manuel Villar, Jacinto Toryho y Josep Viadiu.
Las diferentes corrientes dentro de la CNT y el enfrentamiento entre sindicalistas y anarquistas también tuvieron su reflejo en la Soli, que fue pantalla de unos y otros como quedó demostrado con el caso del trentismo. Algo bien diferente a esta última etapa, donde la política de no convertir el diario en un boletín interno, ha marginado un debate y posterior reflexión sobre la propia marcha de la CNT y del movimiento libertario en general. Las diferentes divisiones ideológicas o tácticas que se han producido en estos veinticinco años, salvo excepciones, apenas si tienen reflejo en las páginas de la Soli.
Poca o casi ninguna atención le han dedicado los historiadores e investigadores a la historia de la Soli en toda su existencia, salvo el excelente trabajo de Susanna Tavera, “Solidaridad Obrera: el fer-se i desfer-se d’un diari anarco-sindicalista, 1915-1939” o trabajos puntuales como el de Paco Madrid y Ferran Aisa en el folleto que editó el Ateneu Enciclopèdic Popular con ocasión del 80º aniversario de su fundación en 1987.
Poca atención, para tanta historia del periodismo combativo en España.

martes, 24 de julio de 2007

18 DE JULIO EN CÁDIZ Y SAN FERNANDO


Cádiz y San Fernando fueron las primeras ciudades de la Península en sufrir las consecuencias del intento de golpe de Estado de 1936, el cual desembocaría en la guerra civil que asolaría el país desde 1936 a 1939.El isleño José Enrique Varela Iglesias, que cumplía arresto militar una vez más a causa de sus reiteradas conspiraciones contra la República, es liberado el 18 de julio de su reclusión en el Castillo de Santa Catalina en Cádiz por el gobernador militar, general López-Pinto Berizo. Acto seguido, Varela se pone al mando de las tropas alzadas y se hará con el control de la ciudad, tras asediar y rendir el Gobierno Civil. La resistencia popular fue escasa, lo que avala la afirmación de que en la provincia –y más aún como veremos, en San Fernando- no hubo guerra, sino simplemente represión.
En San Fernando, Ricardo Olivera Manzorro, a quien la República le retiró la confianza pocos días antes, fue nombrado comandante militar por los insurgentes, aprestándose inmediatamente a publicar el bando de guerra y a ordenar a fuerzas de Marinería e Infantería de Marina la ocupación de los puntos estratégicos de la ciudad. Al respecto, la historiadora Alicia Domínguez Perez, en su libro ‘El verano que trajo un largo invierno’, reseña cómo en San Fernando, “(…) los únicos que resistieron al alzamiento fueron las dotaciones de los buques Lauria y Cánovas del Castillo. El primero fue cañoneado desde tierra, provocando esto su hundimiento, y el Cánovas, bombardeado desde el aire por dos aviones, izó la bandera blanca. La dotación fue desarmada y detenida”. No tardaría mucho en iniciarse una feroz purga contra la oficialidad y la tropa que se mostró leal a la República.

El 21 de julio los golpistas locales escenifican la constitución de la nueva Corporación Local. Ocupa la presidencia el susodicho Ricardo Olivera Manzorro, a quien acompañan seis oficiales, entre ellos Ricardo de Isasi Ivisón, “al objeto de posesionarlos en los cargos para que han sido designados en este Ayuntamiento”. En su discurso, Olivera Manzorro emplea la excusa que los facciosos usaron para confundir a la ciudadanía: “El glorioso movimiento emprendido por el Ejército y la Marina de Guerra (…) tiene como principal misión instaurar en España una República honrada y digna, restablecer el principio de autoridad y volver por los fueros de la Justicia que anularon totalmente los hombres que formaron el Gobierno de ese Frente Popular (…) Me persono en funciones de Comandante Militar para hacer cargo de su Presidencia al Sr. Comandante de Intendencia don Ricardo Isasi”. El discurso acaba con sendos vivas a España y a la República, aunque esta última palabra acabaría siendo tachada. El alcalde impuesto, Ricardo de Isasi, también dirige una alocución a los asistentes: “(…) Siempre dentro de la Ley, actuaré en todo momento inspirado en favor de los intereses de San Fernando (…)”, a la vez que declara su respeto “(…) a todas las autoridades”, pese a que pronto sería cómplice en el asesinato del alcalde, Cayetano Roldán Moreno, y de buena parte de los concejales democráticamente elegidos.

Como explica Alicia Domínguez, los sediciosos comenzaron una sistemática destrucción de todo lo que oliera a República, incluyendo el exterminio, el expolio y la depuración. En San Fernando, los primeros en ser aprehendidos y asesinados fueron los líderes de sindicatos (CNT y UGT) y partidos de izquierda (Izquierda Republicana, PSOE y PCE), así como un buen número de militares que se mantuvieron leales a la República y supuestos masones. También fue pasado por armas el pastor protestante Miguel Blanco Ferrer. Nada se dejó a la improvisación en la actividad represora. Tal como refiere José Casado Montado en ‘Trigo Tronzado. Crónicas Silenciadas’, y siguiendo las directrices del ‘cerebro’ del golpe, general Emilio Mola Vidal, en San Fernando también se practicaron homicidios selectivos y alevosos, toda vez que los facciosos, auxiliados para ello por falangistas, tenían perfectamente previsto y planificado a quiénes había que matar. Prueba del afán de exterminio que los movía lo constituye el castigo inflingido a las familias Barbacil y Roldán, a las que asesinaron todos sus miembros varones (padre y dos hijos, en el primer caso, y padre y tres hijos en el segundo).

José Casado expone que los primeros asesinatos en San Fernando tuvieron lugar el 21 de julio de 1936, y en su libro llega a contabilizar hasta veintiséis fusilamientos, estando datados los últimos en 1941. Todo apunta a que los hoy por hoy documentados sean solamente la punta del iceberg. En ‘Trigo Tronzado’ pueden leerse nombres y apellidos de 129 individuos, pero de muchos no quedó rastro alguno.

La mayoría de estas personas pasaron antes de ser asesinadas por un encarcelamiento en condiciones infrahumanas, hacinados y hambrientos bien en los calabozos del Ayuntamiento, bien en los penales de La Casería o de Cuatro Torres (en el Arsenal de la Carraca), aunque algunos fueron recluidos en la cárcel de El Puerto de Santa María.

Los lugares de ejecución más comunes: la tapia del cementerio, el caño ‘La Jarcia’ (en las inmediaciones del penal de Cuatro Torres), Barrio Jarana (concretamente en el paraje de Pino Gordo) y Las Canteras (Puerto Real). En el caso de las inhumaciones realizadas en San Fernando, los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes; la única localizada hasta el momento se encuentra en el cementerio, siendo probable que el resto se encuentren diseminadas por el término municipal, sobre todo en terrenos militares, y más específicamente dentro del Arsenal de La Carraca. Hoy por hoy se ignora el número de cuerpos que alberga la gran fosa común del cementerio isleño, pero testimonios orales hablan de varios centenares.

Fuente: Diario Bahía de Cádiz Digital. Artículo de Juan Luis Martínez (miembro de AMERE

lunes, 23 de julio de 2007

La CGT contra la memoria y el patrimonio histórico de la CNT.


CNT de Vigo
En lo que va de año, de manera sorpresiva ha aparecido en algunas empresas propaganda de la CGT en la que se hace alusiones respecto a su continuidad espiritual con la CNT, desempolvando el conflicto de las siglas. También dicha organización está realizando por toda la geografía de España, exposiciones, charlas y otros eventos en los que aparecen homenajeados la CNT, la FAI, la AIT, y el movimiento libertario en general.
Para los que sabemos de que “pie cojean”, no dudamos desde el primer momento que algún interés deben tener. No se trata de sembrar la confusión, ya que esto lo hacen todos los días, sino que un interés más fuerte hay detrás de todo ello… y finalmente descubrimos el porqué: SE TRATA DE UNA CUESTIÓN DE DINERO.
Si enlazamos su demanda ante el TS, con lo que dice la Ley 4/1986, de cesión de bienes de patrimonio sindical acumulado en su Disposición Adicional Segunda, tenemos que concluir que la devolución de los bienes de patrimonio sindical histórico se realizarán a las organizaciones sindicales a las que les fueron substraídos dichos bienes o, en su caso, a los sindicatos de trabajadores que acrediten ser sus legítimos sucesores. El problema estriba ahora en saber a quién quiere referirse la Ley con el término “sucesor”. Y esto lo aclara la Exposición de Motivos en su punto 5º de la misma Ley 4/1986. Dice que habrá que entender por “sucesor” lo que por dicho término entienden los reiterados informes del Comité de Libertad Sindical de la OIT.
Y aquí empieza la fiesta, porque buscando en la página web de la OIT, aparecen dos informes esclarecedores sobre este tema y que, además, esclarecen otras muchas cosas más.
Con fecha de 21 de marzo de 1986, dos meses después de promulgarse la Ley 4/1986, una tal “Confederación Nacional del Trabajo” de España presentó una queja ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, sobre una serie de cuestiones que afectaban al patrimonio sindical acumulado, histórico, subvenciones, etc. Se trata del Caso nº 1366, informe nº 246.
Una vez leído el informe, uno se da cuenta que estamos ante una queja presentada por la escisión de la CNT, que en aquellos momentos estaba reivindicando el patrimonio y la titularidad de la persona jurídica de la CNT.
El informe en sus conclusiones finales, por lo que respecta a patrimonio sindical histórico, le indica a la escisión <"en caso de disolución de una organización, sus bienes deberían ser distribuidos en definitiva entre los miembros de la organización desaparecida o transferidos a la organización sucesiva", entendiendo por ésta, "la organización u organizaciones que persiguen los fines para los que se hubieran constituido los sindicatos disueltos y lo hacen con el mismo espíritu" (véase 196. informe, caso núm. 900 (España), párrafo 258).>
Esta es la razón por la que la CGT está realizando actos de homenajes, edición de libros, etc. a la CNT, FAI y AIT, organizaciones que odia y desprecia. ÚNICAMENTE SE ACUERDAN DEL ANARQUISMO CUANDO APARECE EL DINERO POR MEDIO. Por ello, desde la CNT hacemos un llamamiento a toda la organización para que NO HAGA NINGÚN ACTO DE ESTE TIPO CON LOS TRAIDORES, que tratan de confundir al TS con este tipo de homenajes, haciéndose pasar ellos por “sucesores” de la CNT.
El problema que van a tener ante el TS los traidores, entre otros, es demostrar que la CNT se disolvió. Pues en el informe nº 194, Caso nº 900 de España, promovido en el año 1978 por la UGT, aclara el Comité de Libertad Sindical que como la UGT no fue disuelta sino proscrita, ya que continuó su actividad tanto en el interior de España, como en el exterior, no cabe, por tanto, hablar de sucesión de personalidad jurídica, ya que la UGT sigue existiendo. Otro tanto se podría decir de la CNT.
Volviendo al informe emitido por la queja de la escisión, extraemos una información valiosísima. En primer lugar, el gobierno español responde a la queja de la escisión ante la OIT, afirmando que dicha organización se trata de “una organización casi marginal de entre los sindicatos minoritarios” al disponer en aquellos momentos de 107 representantes de entre los 14770 totales que había en España. Por tanto, todo lo dicho con respecto a la escisión minoritaria por parte de la CNT, es rotundamente cierto. La escisión solamente tenía representación unitaria en alrededor de 50 empresas de todo el estado.
En segundo lugar, salen en dicho informe a relucir las subvenciones que recibieron desde un primer momento, como todos los sindicatos, en el año 1983. Si sumamos la subvención de 1983 y la de 1984 que reciben del MTAS, arroja una cantidad de 4.578.399 pesetas de la época, cantidad suficiente para realizar su congreso fundacional (congreso de reunificación) en el Paseo de la Castellana, en 1984. Lo dicho, una escisión pagada por el estado, socio accionista mayoritario de la CGT (a día de hoy, también). Lo más vergonzoso es que, no contentos con lo que recibían, llegaron hasta el TC para que se les diera más subvenciones. Y después decían con la boca grande que todo eso de las subvenciones de la CGT es un bulo de los sectarios de la CNT-FAI.
En tercer lugar el gobierno aclara en dicho informe que desde un primer momento, a principios de los años 80, la escisión tuvo acceso a todos los informes que obraban en manos del ministerio sobre patrimonio sindical acumulado e histórico de la CNT. La CNT, para poder acceder a dichos informes le costó varias demandas ante el TS. No deja de resultar ridículo el discurso de los traidores, de que a nosotros el TS nos concedió las siglas porque al estado le interesaba. Pues para interesarles tanto como ellos dicen, muy buenas migas hacían desde el primer momento.
Dice el refrán “el que me mancha, no me limpia”. ¡A defender a la CNT!

SI, EXISTIERON ABUELOS DE LA CNT


Extraido http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com/

"En los años de los 70 me di cuenta de que existían. Eran los viejos de la CNT. Se trataba de hombres en su mayor parte, también algunas mujeres, de manos grandes, piel tostada y y profundas arrugas, que estaban llegando a la edad en que un obrero se jubila. Cada viejo tenía un relato que contar, y se trataba casi siempre de un recuerdo interesante, jugoso. Veías pasar a González, un escayolista de culo gordo, mono blanco y sucio, y andar patoso. Había corrido como la pólvora el rumor de que en una obra había entrado "el jefe" pegando voces e insultando a todo el mundo. El tal González se había bajado de su andamio, se había dirigido hacia él, y le había dado un solo guantazo sin mediar palabra, que restalló en todo el edificio implantando un silencio serio, espeso y muy educado. Eran tiempos negros de Dictadura franquista, miles de hombres estaban en la cárcel por menos que eso. Pero el jefe no denunció a González. ¿Por qué? Empecé a indagar, y encontré otra historia, una historia que no tenía que ver con el partido comunista y con Rusia. Era siempre la historia de unos obreros manuales, de los que hoy serían llamados iletrados e incultos. Yo buscaba a los intelectuales, a los científicos, a los grandes líderes de extracción burguesa, y no los encontraba. Por motivos misteriosos, en los años veinte y treinta del siglo XX estos obreros se habían organizado en torno a un sindicato -la CNT-. ¿Por qué estábais en la CNT? -les preguntaba. -¿Por qué? Porque sí, qué tiene de raro -me contestaba Pedro. Afiliándose al sindicato ellos mismos eran la CNT, y la CNT al mismo tiempo que existía por ellos, les daba vida otra vida a ellos. Escuelas, grupos de teatro, periódicos, bibliotecas, grupos de acción, de discusión... estaban muy organizados. Y habían sido derrotados en una guerra. Los supervivientes arrastraban el peso infame de esa derrota, con la marca del vencido que no se rinde, pero que ha perdido la esperanza. Eran tercos, pero los jóvenes tenían otros referentes: el partido, Mao, Cuba, desarrollo de las fuerzas productivas, imperialismo, alienación... Esos hombres y mujeres, que se decían de la CNT, anarcosindicalistas, eran "aliados objetivos de la reacción" según los cultos marxistas. ¿Reaccionarios? Pues a mí no me daba esa impresión. Parecían trabajadores corrientes. Empecé a hablar con ellos, y siempre me sorprendían. Este se afilió con nueve años, porque con nueve años empezó a trabajar, y estaba deseando empezar a cotizar para ser un hombre. Esta mujer de rostro simpático me cuenta que en unos tiempos de moral rígida, siendo mocita bastaba con decir en casa que iban a la asamblea del sindicato, o que acudían al ateneo, para poder regresar a cualquier hora, porque el padre de mirada severa transigía con la tardanza si se realizaba al amparo del sindicato. Aquel me comenta cómo destruyeron una segadora burlando a la guardia, y cómo a raíz de aquello en la siega se implantó la jornada de cuatro horas. Otro más me enseña un revólver que parece sacado de una película del Oeste, "un recuerdo", me comenta. Uno estuvo en Mathausen, aquel en la liberación de París, este firmó el convenio de las treinta y seis horas semanales en el ramo de la construcción, José defendió Coria de los fascistas porque apañó un fusil y acabó en el campo de concentración de Albatera. Al "cojo" le dieron "el paseo", le dijeron que echara a andar para tirarle por la espalda, y cogió tal carrera que ni un galgo lo pillaba, y todos se ríen. "El niño de la Juani", fue el tesorero de la cooperativa, aquí están las cuentas. Bermejo me enseña cómo se parte un bloque de granito para darle el tamaño necesario con un mazo de tres kilos. Julián me explica cómo el sindicato designaba a los empresarios el número de parados a los que tenían que pagarle un jornal diario, trabajasen o no -eso lo dejábamos a cuidado del empresario, peor para él si no te daba faena-... Una foto con muchas mujeres sonrientes vestidas de negro... -son las compañeras, recogiendo fondos -me explica Luis "el camionero"-, nosotros estábamos en la cárcel... Fuimos a implantar el Comunismo Libertario, y nos confundimos de día y de hora, -y se ríen otra vez- ¡qué lío nos hicimos con las claves! Hicimos esta carretera, me escapé de la cárcel, fui un maquis, escribí un manifiesto, me dieron una paliza, a mí otra, y a mí otra, "alguien" mató al bicho del teniente... ¿Pero qué queríais? -les pregunto-... El precio de nuestro trabajo, la tierra, levantar casas, la libertad, destruir al Estado, fumar un cigarro, quemar el dinero, que no hubiera guardia civil, hacer un viaje, un vestido estampado, queríamos esto -y abre los brazos abarcando la habitación... Lo más curioso, era el relato frío que hacían de una larga sucesión de pulsos y derrotas. Huelgas perdidas, despidos, listas negras... Estaban acostumbrados -me decían. Si te tumban, es sólo cuestión de ponerse en pie, no pasa nada. ¿Y qué es el anarquismo, qué puedo leer? -les preguntaba. El anarquismo es esto -me respondían golpeándome la frente con el índice-, lee lo que quieras. Podemos hacer todo lo que pretendamos en este mundo -afirmaban- basta con quererlo, joder. ¿Y por qué ya nadie es anarquista?... Entonces me miraban con tristeza apagada, furiosa. -Hubo una guerra. Murieron, los mataron, los exiliaron, y sólo nos salvamos nosotros, que tuvimos más suerte, o más cuidado, o más miedo... no sabemos por qué no vuelven los jóvenes, a nadie parece interesarle el sindicato, será culpa nuestra. Los jóvenes que reorganizábamos "el sindicato", soló levantábamos su sombra. Eran los tiempos de "los sindicatos", de las banderas rojas, del partido, de la doctrina correcta y la interpretación científica de la Historia. La CNT no salía del raquitismo, y así sigue dignamente delgada en su fanatismo. Sus hombres y mujeres de la generación de la guerra, hoy en su mayor parte desaparecidos, fueron como los últimos mastodontes, seres a extinguir por la modernidad. Y los Historiadores se están encargando de cumplir la misión de enterradores, con un dictamen seco y contundente: lo que dicen esos hombres, es mentira. No existieron. Son obreros, no saben escribir, no entienden de ciencia, somos nosotros, que no estuvimos allí, los que podemos explicar qué pasó, y por qué ocurrió lo que ocurrió, que en realidad no pasó. Yo he escrito una tesis. Olvidaros de ellos, allí donde triunfaron llevaron la sociedad al desastre. Eso dicen los científicos, los intelectuales, los listillos. Pero yo sé que eso es falso. Yo lo certifico. Yo los vi. Yo los toqué. Yo los escuché. No hubo personas en el mundo con más desprecio por la mentira que los viejos de la CNT. Para lo bueno y para lo malo, fueron veraces. Existieron, se organizaron, lucharon, vivieron, rieron y amaron. Todo es posible, ellos lo demostraron. Esa fue su herencia. Para silenciarlos, los tuvieron que matar.
Siempre en pie, la CNT. En la foto nuestros abuelos en un homenaje . Gracias por vuestro legado.

jueves, 19 de julio de 2007

71 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL ESPAÑOLA


Creo que la reflexión que debemos hacer al cumplirse un aniversario más de la Revolución Social de España, debería consistir, no en hacer una rememoración de hechos, de logros, de errores, de conflictos, de disputas, sino, en re-pensar la revolución en los tiempos que corren y a recuperar de dicha experiencia las mejores enseñanzas para las luchas venideras. Sin embargo, me permitiré hacer algunas observaciones sobre la historia de esta Revolución, que ha sido muchas veces ignorada y otras veces distorsionada, por la historia oficial y por la historia estalinista. Porque creo necesario que la gente joven conozca la historia de esta revolución, que puede servirle de inspiración para sus renovados combates.
El 17 de julio de 1936, en Marruecos, el ejército empieza una sublevación militar fascista contra la República. La cual continúa el 18 de julio, cuando Sevilla es controlada por el capitán general Queipo del Llano, operación que será de gran importancia estratégica, pues Sevilla se convertirá, así, en la plataforma de maniobra del ejército de África. El 19 de julio, la respuesta del movimiento social a dicha sublevación militar fascista, es la revolución. La reacción del pueblo, impulsado por la presencia de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la Federación Anarquista Ibérica (FAI), las Juventudes Libertarias y las Mujeres Libres, logra que el 20 de julio sea derrotada la sublevación fascista en Barcelona. Es así, como la Revolución Social Española se abrió paso bajo el signo anarquista de la CNT-FAI. Esto no fue un fenómeno accidental, pues la tradición anarquista en España había sido importante desde los tiempos de la Primera Internacional, la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Ya en 1918, la CNT contaba con más de un millón de afiliados.
Hago un breve paréntesis, para señalar el carácter de esta Confederación sindical obrera, cuando en su Congreso de Zaragoza reunido el 1 de mayo de 1936, unos días antes de la revolución, no se olvidó de los grupos nudistas y naturistas, “refractarios a la industrialización”. Haciendo reales las palabras del peruano Manuel González Prada, que dice: “Para el verdadero anarquista no hay una simple cuestión obrera, sino un vastísimo problema social; no una guerra de antropófagos entre clases, sino un generoso trabajo de emancipación social.” Cierro el paréntesis.
El anarquismo se había desplegado en España, en lo que podemos llamar dos vertientes: en el ámbito industrial-urbano a través del anarcosindicalismo (especialmente fuerte en Cataluña, en menor medida, en Madrid y Valencia) y en el ámbito agrario-rural, en el comunalismo o colectivismo agrario (especialmente en Andalucía, Valencia, Aragón y Zaragoza). Así, esta revolución se despliega bajo la bandera de la anarquía. Por eso hoy, les rendimos memoria a aquellos hombres y mujeres que ofrendaron su vida por la utopía: Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Juan García Oliver, Federica Montseny, José y Pedro Pellicer, Ricardo Sanz, Rosario Dolcet y tantas otras y tantos otros trabajadores/as anarquistas.
Después de aplastar en amplias zonas de España al ejército fascista, los trabajadores fueron dueños de su destino, los campesinos de sus tierras y el hombre y la mujer en general, de su libertad. Para conocer más de cerca la obra constructiva de la revolución española, les recomiendo la lectura del libro Homenaje a Cataluña de George Orwell, el cual, en sus páginas, describe la obra constructiva revolucionaria iniciada aquel 19 de julio de 1936, y que tuvo su expresión más definida en dicha región. La revolución social constructiva se inició espontáneamente en las regiones no controladas por la sublevación militar fascista. Como dice Daniel Guerin: “Cuando las autoridades constituidas salieron de su estupor, se dieron cuenta de que, simplemente, ya no existían.” Se organizó el abastecimiento de víveres, la guardia civil desapareció. Las industrias se socializaron, se colectivizaron o bien se municipalizaron. Muchas de las fábricas se tuvieron que transformar en industrias de materiales y pertrechos de guerra, para abastecer los frentes donde se combatía al fascismo. El transporte público funcionó de nuevo, sin propietarios. Se crearon más ateneos libertarios, museos, escuelas racionalistas. Surgieron nuevas revistas y periódicos. Destacándose en esta obra constructiva, el desarrollo de las colectividades agrarias, que junto a la experiencia en las industrias, nos permiten hoy replantear el concepto de autogestión. Puede afirmarse sin temor a equívocos, que el triunfo de la revolución española fue el triunfo de la autogestión.
La iniciativa siempre vino del pueblo, tanto de la ciudad como del campo, influenciado por las ideas anarquistas. Dice Germinal de la Solana: “El mejor ejemplo lo tenemos en las colectividades agropecuarias de Cataluña, Aragón, Levante, Andalucía, Extremadura y Castilla la nueva. Uno encontraba entre sus organizadores campesinos, generalmente, muy pocos intelectuales. Y lo que sorprendía más al hablar con ellos era comprobar que la gran mayoría eran autodidactas, en porcentaje muy elevado eran analfabetos.” Y como dice el autor, no es que queramos hacer una apología demagógica de la ignorancia, lo que ocurría es que ese campesinado tenía una sabiduría que no imparte el Estado a través de la escuela y una voluntad por construir un mundo nuevo. Con la revolución se trataba de la ocupación directa que hacían los pobladores de los grandes latifundios, pertenecientes a los fascistas sublevados o simplemente la ocupación de los latifundios abandonados e improductivos. Esta verdadera reforma agraria afectó a cinco millones quinientas mil hectáreas y tuvo como característica que estas extensiones de tierra fueron explotadas económicamente de forma colectiva, manejadas por sindicatos campesinos o municipios libres. En realidad se abolió la propiedad privada y en muchos casos se abolió hasta el dinero como instrumento de distribución y venta.
Quisiera describir muy brevemente, las fuerzas que se movieron en el plano internacional, durante la revolución española y que incidieron en su destino. La sublevación militar fascista fue apoyada descaradamente por los estados fascistas, la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y el Portugal de Oliveira Salazar, y de manera indirecta, por la actitud blandengue de una mayoría de países con regímenes “democráticos”, figurando en primera lugar, la Francia de León Blum, la Inglaterra del laborista Bevin y los Estados Unidos con Roosevelt. La Unión Soviética de Stalin, en los primeros tres meses de la revolución, permaneció impasible frente a los acontecimientos. Luego comenzó a intervenir, enviando a sus representantes oficiales, para realizar su labor de intrigas subterráneas, muchas veces a favor de los países capitalistas “democráticos”, a raíz del famoso pacto de neutralidad de estos, el denominado Comité de No Intervención (integrado por Rusia, Francia e Inglaterra). El juego de Stalin fue facilitado cuando las fuerzas republicanas burguesas y los socialistas del ala conservadora, establecen una alianza con el partido comunista español, para enfrentar la revolución social y libertaria. El 8 de agosto de 1936, el diputado comunista Jesús Hernández en Madrid, atacó enconadamente a la CNT, por haber realizado las incautaciones de las industrias y de los campos. Carrillo, un miembro del comité central de dicho partido, sostenía que ellos no luchaban en ese momento por la revolución socialista, sino por la república democrática, siguiendo el juego de Stalin y su alianza con las potencias imperialistas. Es importante aclarar, que la política contrarrevolucionaria de Stalin durante la revolución española, iba dirigida principalmente contra la CNT-FAI y luego, arremetió también contra el Partido Obrero Unificado Marxista, del cual se debe puntualizar que siempre fue un partido pequeño, donde había diversas fracciones del marxismo español y que no se puede calificar como trotskista, dado que el mismo Trotsky muchas veces se pronunció contra las tácticas y la política del POUM. A cambio del oro español, Stalin le vendió a la República, un material de guerra viejo y a veces inservible que procedía de la guerra de Crimea. El interés del pueblo español no le importó nunca a Stalin, sometió todo a las necesidades de su política internacional. Stalin llevó a España a una inmensa cantidad de técnicos, agentes secretos, consejeros militares y otros funcionarios, la mayoría de los cuales fueron ejecutados a su regreso a la Unión Soviética, así como muchos estalinistas españoles e internacionalistas, también fueron liquidados.
Por todo lo señalado anteriormente, de manera resumida, creo que la gran tragedia de la Revolución Social Española es que se desarrolla simultáneamente con la Guerra Civil, contra el ejército, la Iglesia y la intervención descarada del fascismo, y con la contrarrevolución estalinista desde adentro.


Y para terminar una frase del compañero Buenaventura Durruti:


-Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algúntiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores deriqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinasen las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de lasminas, los que construimos ciudades...¿Por qué no vamos, pues, a construiry aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas nonos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porquela burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de suhistoria. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porquellevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, dijo, murmurando asperamente. Y luego agregó: Ese mundo está creciendo en este instante"

viernes, 13 de julio de 2007

JORNADAS LIBERTARIAS POR EL 71º ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL

El proximo 19 de julio se cumple el 71º aniversario de la Revolución Social. El SOV de Cádiz y JJLL
organizan unas jornadas conmemorativas de lo que fue una realidad, que intentan ocultar.A pesar de la situación de guerra y violencia, la revolución social contuvo el golpe de estado, mantuvo en funcionamiento fábricas,tierras (en muchos casos aumentando la eficacia) y servicios públicos (sanidad, transporte, abastecimientos, educación), creando una nueva sociedad igualitaria.

71 años despues la Confedración Nacional del Trabajo sigue luchando , y ya va para un siglo, por muchas trabas y ataques que sufra, sigue en pie con mas fuerza que nunca, sin renunciar ni vender a sus principios de siempre.

"La objetividad de la erudición seguirá siendo una vana ilusión mientras esos impulsos inexpresables permanezcan fuera de su alcance. En lo que respecta a la revolución española, su historia está aún por escribir" (N. Chomsky)

-Jueves 19 de julio a las 19,30 h proyección de la pelicula "Vivir la Utopia" .

-Viernes 20 de julio a las 22,30, cena confederal.

-Sabado 21 de julio a las 20,00 charla-coloquio "Mujeres Libres en la Revolución española" por la compañera Irene.

La proyección de la pelicula del jueves y la charla-coloquio tendrán lugar en la sede del SOV de Cádiz y sede del Ateneo de Estudios Sociales Fermin Salvochea ( C/Público nº 2 ,frente a la escalera de la Merced), la cena confederal tendrá lugar al aire libre, estais tod@s invitad@s.

martes, 10 de julio de 2007

Joan Colomar Torres,'Paret', de casi 91 años, un marinero anarcosindicalista de la CNT que pasó por siete cárceles de Franco


. M.Palma de Mallorca

'Soy Joan Colomar Torres, Paret, de Formentera, nacido en 1913. En un mes tendré 91 años. Navegué entre Ibiza y Formentera desde los 13 años, de aprendiz. Estuve en un motovelero de cabotaje. En 1936 tenía 23 años y era mecánico en un pesquero, huí con 30 compañeros de la isla para que no me cogieran. Me detuvieron al presentarme a filas en Cartagena. Me negué a ir en un barco de guerra y con la infantería fui al Ebro, Lleida, Aitona, Sedó, Girona, Barcelona. Tras las trincheras, Ponts. Luego Zaragoza, Burgos, Palencia, donde pasé un año en presidio de guerra. Al salir, ya en Ibiza la secreta me detuvo.

Uno me reconoció y dijo a la policía: 'A este sujeto hay que devolverlo a la jaula'. Por republicano. Había estado en la Confederació Nacional del Treball (CNT) y en las Joventuts Llibertàries. Casi todos los marineros éramos de la CNT. Estuve en siete cárceles distintas. En el castillo de Ibiza y en la prisión de Palma, en Hellín, Albacete, Palencia, en Valencia, en San Miguel de los Reyes, en Alicante.

El campo de concentración de Formentera -ya vacío- lo desmontamos 10 o 12 cautivos. Había dos funcionarios y uno era un criminal. No nos daban comida. Cogíamos una gallina o un conejo. Y celebramos el 14 de abril, sin percatarnos. Un preso ibicenco cocinó un arroz de pescado e invitamos al funcionario. Un cautivo se echó a reír y no dijimos el motivo. Los barracones de Formentera eran un barrio de pobres. En el cementerio hay una fosa grande con muchos muertos. Casi todos los presos eran de Extremadura. Lo sé porque vienen sus parientes.

A los 33 años quedé libre. Estuve en Palma y no tenía documentos para embarcar, los papeles de marinero los había perdido en Barcelona en un bombardeo. Pasé a Canarias a un barco de desguace. Soy marinero porque toda la familia lo era. Todo el mundo se hacía marinero en la isla.

De la República en Formentera recuerdo la huelga en la Salinera Española, donde se trabajaba de sol a sol, sin parar, hasta de noche, como animales. Un grupo de la UGT y la CNT convocó una huelga por la jornada de ocho horas. La huelga duró dos años y medio sin extracción de sal. Se llegó al acuerdo buenamente. La represalia llegó en el 36. Ahora también se explota y se despide, ¡eh!

Soy anarquista, mejor: anarcosindicalista. En la isla fuimos 40 o 50. Yo me inicié en la CNT en Barcelona. Allí conocí a Joan Peiró, que fue ministro. Oí los mítines de Federica Montseny, los García Oliver, Ascaso. Eran antipolíticos, pero les hicieron políticos y ministros.

En Formentera un militante viejo, José Servera, Andreuet, que vino de América y había luchado en sindicatos en Cuba y Estados Unidos, creó el activismo. Entre él y mi primo Joan montaron el sindicalismo. Aquí había republicanos; comunistas, pocos.

Franco dio el golpe mientras yo iba en un barco con naranjas de Denia a Palma, donde bajé a por tabaco y vi un escuadrón a caballo de camisas negras, fascistas, con cruz blanca el pecho. 'Me voy', dije. Tenía ficha por organizar la CNT. De regreso a Ibiza supe que en Palma se alzó el Movimiento. Salí con comestibles a Barcelona, controlada por la Generalitat.

De vuelta a Ibiza el Movimiento estalló por todas partes. Fui preso en el castillo de Vila. Conocí a un hijo de Araquistain, periodista, encerrado por tener una senyera. Un barco de la República disparó para rendir a los sublevados y un cañonazo nos dio e hirió al joven Araquistain. Reventamos la puerta de su calabozo y un falangista nos apuntó. Nos bajaron a los sótanos. Éramos 60 presos y los nacionales se rindieron y quedamos libres. (Otoño 1936).

Tras la derrota tuve un consejo de guerra en Palma, con petición de pena de muerte; pasé a 30 años y al final a 20 años por rebelión, convocar huelgas, ser revolucionario, anarquista, comunista. Comunista libertario, sí; pero comunista a secas, no. Un falangista con pistola reclamó a mi madre mi cama y mi ropa.

Lo peor fue la prisión de Hellín. La cocina era de las Carmelitas, hambre, boniato, hambre. Siempre sentados, no nos aguantábamos de pie. Hasta me robaron un jersey y unos calcetines de lana tejidos por mi novia. No tengo televisión, leo . Vivo solo y conduzco un dos caballos. A los presos políticos no nos han reconocido. Casi no quedan. Murió Ferrer de Sa Punta, Xumeu Gall enfermó y Vicent Costa dice: 'No quiero saber nada nunca más'.
Regresé tras 10 años y muchos no me miraban, giraban la cara para no saludarme, y otros me daban la espalda para no hablarme. Franco duró demasiado, supe que duraría mucho, que no era por un día, un año ni diez.

España era/es derecha o caciquismo; falda larga y negra, frailes, sacerdotes y conventos ¿Cómo va a haber republicanos, socialistas o comunistas? Nos dicen que la vida está muy bien. Algunos sí, pero hay millones que están muy mal. No los vemos o no queremos verlos'.

'Todo era hambre, boniato; hambre, mucha. Estábamos siempre sentados, no nos aguantábamos de pie"