jueves, 26 de julio de 2007

El PERIODICO SOLIDARIDAD OBRERA CUMPLE 100 AÑOS


Se cumple un siglo de historia del periódico Solidaridad Obrera, popularmente conocido con el diminutivo de Soli, el medio de comunicación masivo más importante hasta la Guerra Civil, que marcó hitos en la historia del periodismo mundial. Desde su fundación en 1907, no ha dejado de estar siempre en el candelero de la información.
Algunos de sus directores y miembros de la redacción sufrieron prisión y torturas, y no por ello dejó de faltar a la cita con los trabajadores. Su influencia fue de tal calibre que en los años 30 para anunciar, por ejemplo, una huelga general, única y exclusivamente se insertaba el anuncio en la Soli, sin pegar un solo cartel en la calle, lo que da idea del tiraje y lectura de la misma por parte de los trabajadores.
El concepto periodístico de aquella época poco tiene que ver con el de los últimos veinticinco años; por entonces al director y algunos redactores se les exigía -por parte de la Confederación Nacional del Trabajo, de la que Soli es portavoz- dedicación exclusiva y remunerada en algunos casos. De hecho la misma CNT catalana instauraría la figura del “periodista confederal”; este concepto acuñado durante muchos años sirvió tanto para los llamados “directores obreros” como para los que acreditaban un título periodístico. Fueron directores de Soli en los años 20 y 30, entre otros: Ángel Pestaña, Hermós Plaja, Joan Peiró, Eusebi Carbó, Sebastià Clara, Felipe Alaiz, Liberto Callejas, Manuel Villar, Jacinto Toryho y Josep Viadiu.
Las diferentes corrientes dentro de la CNT y el enfrentamiento entre sindicalistas y anarquistas también tuvieron su reflejo en la Soli, que fue pantalla de unos y otros como quedó demostrado con el caso del trentismo. Algo bien diferente a esta última etapa, donde la política de no convertir el diario en un boletín interno, ha marginado un debate y posterior reflexión sobre la propia marcha de la CNT y del movimiento libertario en general. Las diferentes divisiones ideológicas o tácticas que se han producido en estos veinticinco años, salvo excepciones, apenas si tienen reflejo en las páginas de la Soli.
Poca o casi ninguna atención le han dedicado los historiadores e investigadores a la historia de la Soli en toda su existencia, salvo el excelente trabajo de Susanna Tavera, “Solidaridad Obrera: el fer-se i desfer-se d’un diari anarco-sindicalista, 1915-1939” o trabajos puntuales como el de Paco Madrid y Ferran Aisa en el folleto que editó el Ateneu Enciclopèdic Popular con ocasión del 80º aniversario de su fundación en 1987.
Poca atención, para tanta historia del periodismo combativo en España.

martes, 24 de julio de 2007

18 DE JULIO EN CÁDIZ Y SAN FERNANDO


Cádiz y San Fernando fueron las primeras ciudades de la Península en sufrir las consecuencias del intento de golpe de Estado de 1936, el cual desembocaría en la guerra civil que asolaría el país desde 1936 a 1939.El isleño José Enrique Varela Iglesias, que cumplía arresto militar una vez más a causa de sus reiteradas conspiraciones contra la República, es liberado el 18 de julio de su reclusión en el Castillo de Santa Catalina en Cádiz por el gobernador militar, general López-Pinto Berizo. Acto seguido, Varela se pone al mando de las tropas alzadas y se hará con el control de la ciudad, tras asediar y rendir el Gobierno Civil. La resistencia popular fue escasa, lo que avala la afirmación de que en la provincia –y más aún como veremos, en San Fernando- no hubo guerra, sino simplemente represión.
En San Fernando, Ricardo Olivera Manzorro, a quien la República le retiró la confianza pocos días antes, fue nombrado comandante militar por los insurgentes, aprestándose inmediatamente a publicar el bando de guerra y a ordenar a fuerzas de Marinería e Infantería de Marina la ocupación de los puntos estratégicos de la ciudad. Al respecto, la historiadora Alicia Domínguez Perez, en su libro ‘El verano que trajo un largo invierno’, reseña cómo en San Fernando, “(…) los únicos que resistieron al alzamiento fueron las dotaciones de los buques Lauria y Cánovas del Castillo. El primero fue cañoneado desde tierra, provocando esto su hundimiento, y el Cánovas, bombardeado desde el aire por dos aviones, izó la bandera blanca. La dotación fue desarmada y detenida”. No tardaría mucho en iniciarse una feroz purga contra la oficialidad y la tropa que se mostró leal a la República.

El 21 de julio los golpistas locales escenifican la constitución de la nueva Corporación Local. Ocupa la presidencia el susodicho Ricardo Olivera Manzorro, a quien acompañan seis oficiales, entre ellos Ricardo de Isasi Ivisón, “al objeto de posesionarlos en los cargos para que han sido designados en este Ayuntamiento”. En su discurso, Olivera Manzorro emplea la excusa que los facciosos usaron para confundir a la ciudadanía: “El glorioso movimiento emprendido por el Ejército y la Marina de Guerra (…) tiene como principal misión instaurar en España una República honrada y digna, restablecer el principio de autoridad y volver por los fueros de la Justicia que anularon totalmente los hombres que formaron el Gobierno de ese Frente Popular (…) Me persono en funciones de Comandante Militar para hacer cargo de su Presidencia al Sr. Comandante de Intendencia don Ricardo Isasi”. El discurso acaba con sendos vivas a España y a la República, aunque esta última palabra acabaría siendo tachada. El alcalde impuesto, Ricardo de Isasi, también dirige una alocución a los asistentes: “(…) Siempre dentro de la Ley, actuaré en todo momento inspirado en favor de los intereses de San Fernando (…)”, a la vez que declara su respeto “(…) a todas las autoridades”, pese a que pronto sería cómplice en el asesinato del alcalde, Cayetano Roldán Moreno, y de buena parte de los concejales democráticamente elegidos.

Como explica Alicia Domínguez, los sediciosos comenzaron una sistemática destrucción de todo lo que oliera a República, incluyendo el exterminio, el expolio y la depuración. En San Fernando, los primeros en ser aprehendidos y asesinados fueron los líderes de sindicatos (CNT y UGT) y partidos de izquierda (Izquierda Republicana, PSOE y PCE), así como un buen número de militares que se mantuvieron leales a la República y supuestos masones. También fue pasado por armas el pastor protestante Miguel Blanco Ferrer. Nada se dejó a la improvisación en la actividad represora. Tal como refiere José Casado Montado en ‘Trigo Tronzado. Crónicas Silenciadas’, y siguiendo las directrices del ‘cerebro’ del golpe, general Emilio Mola Vidal, en San Fernando también se practicaron homicidios selectivos y alevosos, toda vez que los facciosos, auxiliados para ello por falangistas, tenían perfectamente previsto y planificado a quiénes había que matar. Prueba del afán de exterminio que los movía lo constituye el castigo inflingido a las familias Barbacil y Roldán, a las que asesinaron todos sus miembros varones (padre y dos hijos, en el primer caso, y padre y tres hijos en el segundo).

José Casado expone que los primeros asesinatos en San Fernando tuvieron lugar el 21 de julio de 1936, y en su libro llega a contabilizar hasta veintiséis fusilamientos, estando datados los últimos en 1941. Todo apunta a que los hoy por hoy documentados sean solamente la punta del iceberg. En ‘Trigo Tronzado’ pueden leerse nombres y apellidos de 129 individuos, pero de muchos no quedó rastro alguno.

La mayoría de estas personas pasaron antes de ser asesinadas por un encarcelamiento en condiciones infrahumanas, hacinados y hambrientos bien en los calabozos del Ayuntamiento, bien en los penales de La Casería o de Cuatro Torres (en el Arsenal de la Carraca), aunque algunos fueron recluidos en la cárcel de El Puerto de Santa María.

Los lugares de ejecución más comunes: la tapia del cementerio, el caño ‘La Jarcia’ (en las inmediaciones del penal de Cuatro Torres), Barrio Jarana (concretamente en el paraje de Pino Gordo) y Las Canteras (Puerto Real). En el caso de las inhumaciones realizadas en San Fernando, los cuerpos fueron enterrados en fosas comunes; la única localizada hasta el momento se encuentra en el cementerio, siendo probable que el resto se encuentren diseminadas por el término municipal, sobre todo en terrenos militares, y más específicamente dentro del Arsenal de La Carraca. Hoy por hoy se ignora el número de cuerpos que alberga la gran fosa común del cementerio isleño, pero testimonios orales hablan de varios centenares.

Fuente: Diario Bahía de Cádiz Digital. Artículo de Juan Luis Martínez (miembro de AMERE

lunes, 23 de julio de 2007

La CGT contra la memoria y el patrimonio histórico de la CNT.


CNT de Vigo
En lo que va de año, de manera sorpresiva ha aparecido en algunas empresas propaganda de la CGT en la que se hace alusiones respecto a su continuidad espiritual con la CNT, desempolvando el conflicto de las siglas. También dicha organización está realizando por toda la geografía de España, exposiciones, charlas y otros eventos en los que aparecen homenajeados la CNT, la FAI, la AIT, y el movimiento libertario en general.
Para los que sabemos de que “pie cojean”, no dudamos desde el primer momento que algún interés deben tener. No se trata de sembrar la confusión, ya que esto lo hacen todos los días, sino que un interés más fuerte hay detrás de todo ello… y finalmente descubrimos el porqué: SE TRATA DE UNA CUESTIÓN DE DINERO.
Si enlazamos su demanda ante el TS, con lo que dice la Ley 4/1986, de cesión de bienes de patrimonio sindical acumulado en su Disposición Adicional Segunda, tenemos que concluir que la devolución de los bienes de patrimonio sindical histórico se realizarán a las organizaciones sindicales a las que les fueron substraídos dichos bienes o, en su caso, a los sindicatos de trabajadores que acrediten ser sus legítimos sucesores. El problema estriba ahora en saber a quién quiere referirse la Ley con el término “sucesor”. Y esto lo aclara la Exposición de Motivos en su punto 5º de la misma Ley 4/1986. Dice que habrá que entender por “sucesor” lo que por dicho término entienden los reiterados informes del Comité de Libertad Sindical de la OIT.
Y aquí empieza la fiesta, porque buscando en la página web de la OIT, aparecen dos informes esclarecedores sobre este tema y que, además, esclarecen otras muchas cosas más.
Con fecha de 21 de marzo de 1986, dos meses después de promulgarse la Ley 4/1986, una tal “Confederación Nacional del Trabajo” de España presentó una queja ante el Comité de Libertad Sindical de la OIT, sobre una serie de cuestiones que afectaban al patrimonio sindical acumulado, histórico, subvenciones, etc. Se trata del Caso nº 1366, informe nº 246.
Una vez leído el informe, uno se da cuenta que estamos ante una queja presentada por la escisión de la CNT, que en aquellos momentos estaba reivindicando el patrimonio y la titularidad de la persona jurídica de la CNT.
El informe en sus conclusiones finales, por lo que respecta a patrimonio sindical histórico, le indica a la escisión <"en caso de disolución de una organización, sus bienes deberían ser distribuidos en definitiva entre los miembros de la organización desaparecida o transferidos a la organización sucesiva", entendiendo por ésta, "la organización u organizaciones que persiguen los fines para los que se hubieran constituido los sindicatos disueltos y lo hacen con el mismo espíritu" (véase 196. informe, caso núm. 900 (España), párrafo 258).>
Esta es la razón por la que la CGT está realizando actos de homenajes, edición de libros, etc. a la CNT, FAI y AIT, organizaciones que odia y desprecia. ÚNICAMENTE SE ACUERDAN DEL ANARQUISMO CUANDO APARECE EL DINERO POR MEDIO. Por ello, desde la CNT hacemos un llamamiento a toda la organización para que NO HAGA NINGÚN ACTO DE ESTE TIPO CON LOS TRAIDORES, que tratan de confundir al TS con este tipo de homenajes, haciéndose pasar ellos por “sucesores” de la CNT.
El problema que van a tener ante el TS los traidores, entre otros, es demostrar que la CNT se disolvió. Pues en el informe nº 194, Caso nº 900 de España, promovido en el año 1978 por la UGT, aclara el Comité de Libertad Sindical que como la UGT no fue disuelta sino proscrita, ya que continuó su actividad tanto en el interior de España, como en el exterior, no cabe, por tanto, hablar de sucesión de personalidad jurídica, ya que la UGT sigue existiendo. Otro tanto se podría decir de la CNT.
Volviendo al informe emitido por la queja de la escisión, extraemos una información valiosísima. En primer lugar, el gobierno español responde a la queja de la escisión ante la OIT, afirmando que dicha organización se trata de “una organización casi marginal de entre los sindicatos minoritarios” al disponer en aquellos momentos de 107 representantes de entre los 14770 totales que había en España. Por tanto, todo lo dicho con respecto a la escisión minoritaria por parte de la CNT, es rotundamente cierto. La escisión solamente tenía representación unitaria en alrededor de 50 empresas de todo el estado.
En segundo lugar, salen en dicho informe a relucir las subvenciones que recibieron desde un primer momento, como todos los sindicatos, en el año 1983. Si sumamos la subvención de 1983 y la de 1984 que reciben del MTAS, arroja una cantidad de 4.578.399 pesetas de la época, cantidad suficiente para realizar su congreso fundacional (congreso de reunificación) en el Paseo de la Castellana, en 1984. Lo dicho, una escisión pagada por el estado, socio accionista mayoritario de la CGT (a día de hoy, también). Lo más vergonzoso es que, no contentos con lo que recibían, llegaron hasta el TC para que se les diera más subvenciones. Y después decían con la boca grande que todo eso de las subvenciones de la CGT es un bulo de los sectarios de la CNT-FAI.
En tercer lugar el gobierno aclara en dicho informe que desde un primer momento, a principios de los años 80, la escisión tuvo acceso a todos los informes que obraban en manos del ministerio sobre patrimonio sindical acumulado e histórico de la CNT. La CNT, para poder acceder a dichos informes le costó varias demandas ante el TS. No deja de resultar ridículo el discurso de los traidores, de que a nosotros el TS nos concedió las siglas porque al estado le interesaba. Pues para interesarles tanto como ellos dicen, muy buenas migas hacían desde el primer momento.
Dice el refrán “el que me mancha, no me limpia”. ¡A defender a la CNT!

SI, EXISTIERON ABUELOS DE LA CNT


Extraido http://elmilicianocnt-aitchiclana.blogspot.com/

"En los años de los 70 me di cuenta de que existían. Eran los viejos de la CNT. Se trataba de hombres en su mayor parte, también algunas mujeres, de manos grandes, piel tostada y y profundas arrugas, que estaban llegando a la edad en que un obrero se jubila. Cada viejo tenía un relato que contar, y se trataba casi siempre de un recuerdo interesante, jugoso. Veías pasar a González, un escayolista de culo gordo, mono blanco y sucio, y andar patoso. Había corrido como la pólvora el rumor de que en una obra había entrado "el jefe" pegando voces e insultando a todo el mundo. El tal González se había bajado de su andamio, se había dirigido hacia él, y le había dado un solo guantazo sin mediar palabra, que restalló en todo el edificio implantando un silencio serio, espeso y muy educado. Eran tiempos negros de Dictadura franquista, miles de hombres estaban en la cárcel por menos que eso. Pero el jefe no denunció a González. ¿Por qué? Empecé a indagar, y encontré otra historia, una historia que no tenía que ver con el partido comunista y con Rusia. Era siempre la historia de unos obreros manuales, de los que hoy serían llamados iletrados e incultos. Yo buscaba a los intelectuales, a los científicos, a los grandes líderes de extracción burguesa, y no los encontraba. Por motivos misteriosos, en los años veinte y treinta del siglo XX estos obreros se habían organizado en torno a un sindicato -la CNT-. ¿Por qué estábais en la CNT? -les preguntaba. -¿Por qué? Porque sí, qué tiene de raro -me contestaba Pedro. Afiliándose al sindicato ellos mismos eran la CNT, y la CNT al mismo tiempo que existía por ellos, les daba vida otra vida a ellos. Escuelas, grupos de teatro, periódicos, bibliotecas, grupos de acción, de discusión... estaban muy organizados. Y habían sido derrotados en una guerra. Los supervivientes arrastraban el peso infame de esa derrota, con la marca del vencido que no se rinde, pero que ha perdido la esperanza. Eran tercos, pero los jóvenes tenían otros referentes: el partido, Mao, Cuba, desarrollo de las fuerzas productivas, imperialismo, alienación... Esos hombres y mujeres, que se decían de la CNT, anarcosindicalistas, eran "aliados objetivos de la reacción" según los cultos marxistas. ¿Reaccionarios? Pues a mí no me daba esa impresión. Parecían trabajadores corrientes. Empecé a hablar con ellos, y siempre me sorprendían. Este se afilió con nueve años, porque con nueve años empezó a trabajar, y estaba deseando empezar a cotizar para ser un hombre. Esta mujer de rostro simpático me cuenta que en unos tiempos de moral rígida, siendo mocita bastaba con decir en casa que iban a la asamblea del sindicato, o que acudían al ateneo, para poder regresar a cualquier hora, porque el padre de mirada severa transigía con la tardanza si se realizaba al amparo del sindicato. Aquel me comenta cómo destruyeron una segadora burlando a la guardia, y cómo a raíz de aquello en la siega se implantó la jornada de cuatro horas. Otro más me enseña un revólver que parece sacado de una película del Oeste, "un recuerdo", me comenta. Uno estuvo en Mathausen, aquel en la liberación de París, este firmó el convenio de las treinta y seis horas semanales en el ramo de la construcción, José defendió Coria de los fascistas porque apañó un fusil y acabó en el campo de concentración de Albatera. Al "cojo" le dieron "el paseo", le dijeron que echara a andar para tirarle por la espalda, y cogió tal carrera que ni un galgo lo pillaba, y todos se ríen. "El niño de la Juani", fue el tesorero de la cooperativa, aquí están las cuentas. Bermejo me enseña cómo se parte un bloque de granito para darle el tamaño necesario con un mazo de tres kilos. Julián me explica cómo el sindicato designaba a los empresarios el número de parados a los que tenían que pagarle un jornal diario, trabajasen o no -eso lo dejábamos a cuidado del empresario, peor para él si no te daba faena-... Una foto con muchas mujeres sonrientes vestidas de negro... -son las compañeras, recogiendo fondos -me explica Luis "el camionero"-, nosotros estábamos en la cárcel... Fuimos a implantar el Comunismo Libertario, y nos confundimos de día y de hora, -y se ríen otra vez- ¡qué lío nos hicimos con las claves! Hicimos esta carretera, me escapé de la cárcel, fui un maquis, escribí un manifiesto, me dieron una paliza, a mí otra, y a mí otra, "alguien" mató al bicho del teniente... ¿Pero qué queríais? -les pregunto-... El precio de nuestro trabajo, la tierra, levantar casas, la libertad, destruir al Estado, fumar un cigarro, quemar el dinero, que no hubiera guardia civil, hacer un viaje, un vestido estampado, queríamos esto -y abre los brazos abarcando la habitación... Lo más curioso, era el relato frío que hacían de una larga sucesión de pulsos y derrotas. Huelgas perdidas, despidos, listas negras... Estaban acostumbrados -me decían. Si te tumban, es sólo cuestión de ponerse en pie, no pasa nada. ¿Y qué es el anarquismo, qué puedo leer? -les preguntaba. El anarquismo es esto -me respondían golpeándome la frente con el índice-, lee lo que quieras. Podemos hacer todo lo que pretendamos en este mundo -afirmaban- basta con quererlo, joder. ¿Y por qué ya nadie es anarquista?... Entonces me miraban con tristeza apagada, furiosa. -Hubo una guerra. Murieron, los mataron, los exiliaron, y sólo nos salvamos nosotros, que tuvimos más suerte, o más cuidado, o más miedo... no sabemos por qué no vuelven los jóvenes, a nadie parece interesarle el sindicato, será culpa nuestra. Los jóvenes que reorganizábamos "el sindicato", soló levantábamos su sombra. Eran los tiempos de "los sindicatos", de las banderas rojas, del partido, de la doctrina correcta y la interpretación científica de la Historia. La CNT no salía del raquitismo, y así sigue dignamente delgada en su fanatismo. Sus hombres y mujeres de la generación de la guerra, hoy en su mayor parte desaparecidos, fueron como los últimos mastodontes, seres a extinguir por la modernidad. Y los Historiadores se están encargando de cumplir la misión de enterradores, con un dictamen seco y contundente: lo que dicen esos hombres, es mentira. No existieron. Son obreros, no saben escribir, no entienden de ciencia, somos nosotros, que no estuvimos allí, los que podemos explicar qué pasó, y por qué ocurrió lo que ocurrió, que en realidad no pasó. Yo he escrito una tesis. Olvidaros de ellos, allí donde triunfaron llevaron la sociedad al desastre. Eso dicen los científicos, los intelectuales, los listillos. Pero yo sé que eso es falso. Yo lo certifico. Yo los vi. Yo los toqué. Yo los escuché. No hubo personas en el mundo con más desprecio por la mentira que los viejos de la CNT. Para lo bueno y para lo malo, fueron veraces. Existieron, se organizaron, lucharon, vivieron, rieron y amaron. Todo es posible, ellos lo demostraron. Esa fue su herencia. Para silenciarlos, los tuvieron que matar.
Siempre en pie, la CNT. En la foto nuestros abuelos en un homenaje . Gracias por vuestro legado.

jueves, 19 de julio de 2007

71 AÑOS DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL ESPAÑOLA


Creo que la reflexión que debemos hacer al cumplirse un aniversario más de la Revolución Social de España, debería consistir, no en hacer una rememoración de hechos, de logros, de errores, de conflictos, de disputas, sino, en re-pensar la revolución en los tiempos que corren y a recuperar de dicha experiencia las mejores enseñanzas para las luchas venideras. Sin embargo, me permitiré hacer algunas observaciones sobre la historia de esta Revolución, que ha sido muchas veces ignorada y otras veces distorsionada, por la historia oficial y por la historia estalinista. Porque creo necesario que la gente joven conozca la historia de esta revolución, que puede servirle de inspiración para sus renovados combates.
El 17 de julio de 1936, en Marruecos, el ejército empieza una sublevación militar fascista contra la República. La cual continúa el 18 de julio, cuando Sevilla es controlada por el capitán general Queipo del Llano, operación que será de gran importancia estratégica, pues Sevilla se convertirá, así, en la plataforma de maniobra del ejército de África. El 19 de julio, la respuesta del movimiento social a dicha sublevación militar fascista, es la revolución. La reacción del pueblo, impulsado por la presencia de la Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la Federación Anarquista Ibérica (FAI), las Juventudes Libertarias y las Mujeres Libres, logra que el 20 de julio sea derrotada la sublevación fascista en Barcelona. Es así, como la Revolución Social Española se abrió paso bajo el signo anarquista de la CNT-FAI. Esto no fue un fenómeno accidental, pues la tradición anarquista en España había sido importante desde los tiempos de la Primera Internacional, la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT). Ya en 1918, la CNT contaba con más de un millón de afiliados.
Hago un breve paréntesis, para señalar el carácter de esta Confederación sindical obrera, cuando en su Congreso de Zaragoza reunido el 1 de mayo de 1936, unos días antes de la revolución, no se olvidó de los grupos nudistas y naturistas, “refractarios a la industrialización”. Haciendo reales las palabras del peruano Manuel González Prada, que dice: “Para el verdadero anarquista no hay una simple cuestión obrera, sino un vastísimo problema social; no una guerra de antropófagos entre clases, sino un generoso trabajo de emancipación social.” Cierro el paréntesis.
El anarquismo se había desplegado en España, en lo que podemos llamar dos vertientes: en el ámbito industrial-urbano a través del anarcosindicalismo (especialmente fuerte en Cataluña, en menor medida, en Madrid y Valencia) y en el ámbito agrario-rural, en el comunalismo o colectivismo agrario (especialmente en Andalucía, Valencia, Aragón y Zaragoza). Así, esta revolución se despliega bajo la bandera de la anarquía. Por eso hoy, les rendimos memoria a aquellos hombres y mujeres que ofrendaron su vida por la utopía: Buenaventura Durruti, Francisco Ascaso, Juan García Oliver, Federica Montseny, José y Pedro Pellicer, Ricardo Sanz, Rosario Dolcet y tantas otras y tantos otros trabajadores/as anarquistas.
Después de aplastar en amplias zonas de España al ejército fascista, los trabajadores fueron dueños de su destino, los campesinos de sus tierras y el hombre y la mujer en general, de su libertad. Para conocer más de cerca la obra constructiva de la revolución española, les recomiendo la lectura del libro Homenaje a Cataluña de George Orwell, el cual, en sus páginas, describe la obra constructiva revolucionaria iniciada aquel 19 de julio de 1936, y que tuvo su expresión más definida en dicha región. La revolución social constructiva se inició espontáneamente en las regiones no controladas por la sublevación militar fascista. Como dice Daniel Guerin: “Cuando las autoridades constituidas salieron de su estupor, se dieron cuenta de que, simplemente, ya no existían.” Se organizó el abastecimiento de víveres, la guardia civil desapareció. Las industrias se socializaron, se colectivizaron o bien se municipalizaron. Muchas de las fábricas se tuvieron que transformar en industrias de materiales y pertrechos de guerra, para abastecer los frentes donde se combatía al fascismo. El transporte público funcionó de nuevo, sin propietarios. Se crearon más ateneos libertarios, museos, escuelas racionalistas. Surgieron nuevas revistas y periódicos. Destacándose en esta obra constructiva, el desarrollo de las colectividades agrarias, que junto a la experiencia en las industrias, nos permiten hoy replantear el concepto de autogestión. Puede afirmarse sin temor a equívocos, que el triunfo de la revolución española fue el triunfo de la autogestión.
La iniciativa siempre vino del pueblo, tanto de la ciudad como del campo, influenciado por las ideas anarquistas. Dice Germinal de la Solana: “El mejor ejemplo lo tenemos en las colectividades agropecuarias de Cataluña, Aragón, Levante, Andalucía, Extremadura y Castilla la nueva. Uno encontraba entre sus organizadores campesinos, generalmente, muy pocos intelectuales. Y lo que sorprendía más al hablar con ellos era comprobar que la gran mayoría eran autodidactas, en porcentaje muy elevado eran analfabetos.” Y como dice el autor, no es que queramos hacer una apología demagógica de la ignorancia, lo que ocurría es que ese campesinado tenía una sabiduría que no imparte el Estado a través de la escuela y una voluntad por construir un mundo nuevo. Con la revolución se trataba de la ocupación directa que hacían los pobladores de los grandes latifundios, pertenecientes a los fascistas sublevados o simplemente la ocupación de los latifundios abandonados e improductivos. Esta verdadera reforma agraria afectó a cinco millones quinientas mil hectáreas y tuvo como característica que estas extensiones de tierra fueron explotadas económicamente de forma colectiva, manejadas por sindicatos campesinos o municipios libres. En realidad se abolió la propiedad privada y en muchos casos se abolió hasta el dinero como instrumento de distribución y venta.
Quisiera describir muy brevemente, las fuerzas que se movieron en el plano internacional, durante la revolución española y que incidieron en su destino. La sublevación militar fascista fue apoyada descaradamente por los estados fascistas, la Alemania de Hitler, la Italia de Mussolini y el Portugal de Oliveira Salazar, y de manera indirecta, por la actitud blandengue de una mayoría de países con regímenes “democráticos”, figurando en primera lugar, la Francia de León Blum, la Inglaterra del laborista Bevin y los Estados Unidos con Roosevelt. La Unión Soviética de Stalin, en los primeros tres meses de la revolución, permaneció impasible frente a los acontecimientos. Luego comenzó a intervenir, enviando a sus representantes oficiales, para realizar su labor de intrigas subterráneas, muchas veces a favor de los países capitalistas “democráticos”, a raíz del famoso pacto de neutralidad de estos, el denominado Comité de No Intervención (integrado por Rusia, Francia e Inglaterra). El juego de Stalin fue facilitado cuando las fuerzas republicanas burguesas y los socialistas del ala conservadora, establecen una alianza con el partido comunista español, para enfrentar la revolución social y libertaria. El 8 de agosto de 1936, el diputado comunista Jesús Hernández en Madrid, atacó enconadamente a la CNT, por haber realizado las incautaciones de las industrias y de los campos. Carrillo, un miembro del comité central de dicho partido, sostenía que ellos no luchaban en ese momento por la revolución socialista, sino por la república democrática, siguiendo el juego de Stalin y su alianza con las potencias imperialistas. Es importante aclarar, que la política contrarrevolucionaria de Stalin durante la revolución española, iba dirigida principalmente contra la CNT-FAI y luego, arremetió también contra el Partido Obrero Unificado Marxista, del cual se debe puntualizar que siempre fue un partido pequeño, donde había diversas fracciones del marxismo español y que no se puede calificar como trotskista, dado que el mismo Trotsky muchas veces se pronunció contra las tácticas y la política del POUM. A cambio del oro español, Stalin le vendió a la República, un material de guerra viejo y a veces inservible que procedía de la guerra de Crimea. El interés del pueblo español no le importó nunca a Stalin, sometió todo a las necesidades de su política internacional. Stalin llevó a España a una inmensa cantidad de técnicos, agentes secretos, consejeros militares y otros funcionarios, la mayoría de los cuales fueron ejecutados a su regreso a la Unión Soviética, así como muchos estalinistas españoles e internacionalistas, también fueron liquidados.
Por todo lo señalado anteriormente, de manera resumida, creo que la gran tragedia de la Revolución Social Española es que se desarrolla simultáneamente con la Guerra Civil, contra el ejército, la Iglesia y la intervención descarada del fascismo, y con la contrarrevolución estalinista desde adentro.


Y para terminar una frase del compañero Buenaventura Durruti:


-Siempre hemos vivido en la miseria, y nos acomodaremos a ella por algúntiempo. Pero no olvide que los obreros son los únicos productores deriqueza. Somos nosotros, los obreros, los que hacemos marchar las máquinasen las industrias, los que extraemos el carbón y los minerales de lasminas, los que construimos ciudades...¿Por qué no vamos, pues, a construiry aún en mejores condiciones para reemplazar lo destruido? Las ruinas nonos dan miedo. Sabemos que no vamos a heredar nada más que ruinas, porquela burguesía tratará de arruinar el mundo en la última fase de suhistoria. Pero -le repito- a nosotros no nos dan miedo las ruinas, porquellevamos un mundo nuevo en nuestros corazones, dijo, murmurando asperamente. Y luego agregó: Ese mundo está creciendo en este instante"

viernes, 13 de julio de 2007

JORNADAS LIBERTARIAS POR EL 71º ANIVERSARIO DE LA REVOLUCIÓN SOCIAL

El proximo 19 de julio se cumple el 71º aniversario de la Revolución Social. El SOV de Cádiz y JJLL
organizan unas jornadas conmemorativas de lo que fue una realidad, que intentan ocultar.A pesar de la situación de guerra y violencia, la revolución social contuvo el golpe de estado, mantuvo en funcionamiento fábricas,tierras (en muchos casos aumentando la eficacia) y servicios públicos (sanidad, transporte, abastecimientos, educación), creando una nueva sociedad igualitaria.

71 años despues la Confedración Nacional del Trabajo sigue luchando , y ya va para un siglo, por muchas trabas y ataques que sufra, sigue en pie con mas fuerza que nunca, sin renunciar ni vender a sus principios de siempre.

"La objetividad de la erudición seguirá siendo una vana ilusión mientras esos impulsos inexpresables permanezcan fuera de su alcance. En lo que respecta a la revolución española, su historia está aún por escribir" (N. Chomsky)

-Jueves 19 de julio a las 19,30 h proyección de la pelicula "Vivir la Utopia" .

-Viernes 20 de julio a las 22,30, cena confederal.

-Sabado 21 de julio a las 20,00 charla-coloquio "Mujeres Libres en la Revolución española" por la compañera Irene.

La proyección de la pelicula del jueves y la charla-coloquio tendrán lugar en la sede del SOV de Cádiz y sede del Ateneo de Estudios Sociales Fermin Salvochea ( C/Público nº 2 ,frente a la escalera de la Merced), la cena confederal tendrá lugar al aire libre, estais tod@s invitad@s.

martes, 10 de julio de 2007

Joan Colomar Torres,'Paret', de casi 91 años, un marinero anarcosindicalista de la CNT que pasó por siete cárceles de Franco


. M.Palma de Mallorca

'Soy Joan Colomar Torres, Paret, de Formentera, nacido en 1913. En un mes tendré 91 años. Navegué entre Ibiza y Formentera desde los 13 años, de aprendiz. Estuve en un motovelero de cabotaje. En 1936 tenía 23 años y era mecánico en un pesquero, huí con 30 compañeros de la isla para que no me cogieran. Me detuvieron al presentarme a filas en Cartagena. Me negué a ir en un barco de guerra y con la infantería fui al Ebro, Lleida, Aitona, Sedó, Girona, Barcelona. Tras las trincheras, Ponts. Luego Zaragoza, Burgos, Palencia, donde pasé un año en presidio de guerra. Al salir, ya en Ibiza la secreta me detuvo.

Uno me reconoció y dijo a la policía: 'A este sujeto hay que devolverlo a la jaula'. Por republicano. Había estado en la Confederació Nacional del Treball (CNT) y en las Joventuts Llibertàries. Casi todos los marineros éramos de la CNT. Estuve en siete cárceles distintas. En el castillo de Ibiza y en la prisión de Palma, en Hellín, Albacete, Palencia, en Valencia, en San Miguel de los Reyes, en Alicante.

El campo de concentración de Formentera -ya vacío- lo desmontamos 10 o 12 cautivos. Había dos funcionarios y uno era un criminal. No nos daban comida. Cogíamos una gallina o un conejo. Y celebramos el 14 de abril, sin percatarnos. Un preso ibicenco cocinó un arroz de pescado e invitamos al funcionario. Un cautivo se echó a reír y no dijimos el motivo. Los barracones de Formentera eran un barrio de pobres. En el cementerio hay una fosa grande con muchos muertos. Casi todos los presos eran de Extremadura. Lo sé porque vienen sus parientes.

A los 33 años quedé libre. Estuve en Palma y no tenía documentos para embarcar, los papeles de marinero los había perdido en Barcelona en un bombardeo. Pasé a Canarias a un barco de desguace. Soy marinero porque toda la familia lo era. Todo el mundo se hacía marinero en la isla.

De la República en Formentera recuerdo la huelga en la Salinera Española, donde se trabajaba de sol a sol, sin parar, hasta de noche, como animales. Un grupo de la UGT y la CNT convocó una huelga por la jornada de ocho horas. La huelga duró dos años y medio sin extracción de sal. Se llegó al acuerdo buenamente. La represalia llegó en el 36. Ahora también se explota y se despide, ¡eh!

Soy anarquista, mejor: anarcosindicalista. En la isla fuimos 40 o 50. Yo me inicié en la CNT en Barcelona. Allí conocí a Joan Peiró, que fue ministro. Oí los mítines de Federica Montseny, los García Oliver, Ascaso. Eran antipolíticos, pero les hicieron políticos y ministros.

En Formentera un militante viejo, José Servera, Andreuet, que vino de América y había luchado en sindicatos en Cuba y Estados Unidos, creó el activismo. Entre él y mi primo Joan montaron el sindicalismo. Aquí había republicanos; comunistas, pocos.

Franco dio el golpe mientras yo iba en un barco con naranjas de Denia a Palma, donde bajé a por tabaco y vi un escuadrón a caballo de camisas negras, fascistas, con cruz blanca el pecho. 'Me voy', dije. Tenía ficha por organizar la CNT. De regreso a Ibiza supe que en Palma se alzó el Movimiento. Salí con comestibles a Barcelona, controlada por la Generalitat.

De vuelta a Ibiza el Movimiento estalló por todas partes. Fui preso en el castillo de Vila. Conocí a un hijo de Araquistain, periodista, encerrado por tener una senyera. Un barco de la República disparó para rendir a los sublevados y un cañonazo nos dio e hirió al joven Araquistain. Reventamos la puerta de su calabozo y un falangista nos apuntó. Nos bajaron a los sótanos. Éramos 60 presos y los nacionales se rindieron y quedamos libres. (Otoño 1936).

Tras la derrota tuve un consejo de guerra en Palma, con petición de pena de muerte; pasé a 30 años y al final a 20 años por rebelión, convocar huelgas, ser revolucionario, anarquista, comunista. Comunista libertario, sí; pero comunista a secas, no. Un falangista con pistola reclamó a mi madre mi cama y mi ropa.

Lo peor fue la prisión de Hellín. La cocina era de las Carmelitas, hambre, boniato, hambre. Siempre sentados, no nos aguantábamos de pie. Hasta me robaron un jersey y unos calcetines de lana tejidos por mi novia. No tengo televisión, leo . Vivo solo y conduzco un dos caballos. A los presos políticos no nos han reconocido. Casi no quedan. Murió Ferrer de Sa Punta, Xumeu Gall enfermó y Vicent Costa dice: 'No quiero saber nada nunca más'.
Regresé tras 10 años y muchos no me miraban, giraban la cara para no saludarme, y otros me daban la espalda para no hablarme. Franco duró demasiado, supe que duraría mucho, que no era por un día, un año ni diez.

España era/es derecha o caciquismo; falda larga y negra, frailes, sacerdotes y conventos ¿Cómo va a haber republicanos, socialistas o comunistas? Nos dicen que la vida está muy bien. Algunos sí, pero hay millones que están muy mal. No los vemos o no queremos verlos'.

'Todo era hambre, boniato; hambre, mucha. Estábamos siempre sentados, no nos aguantábamos de pie"

miércoles, 4 de julio de 2007

Recuperando la memoria histórica contemporánea. CGT y la falsedad como estrategia.

SOV Madrid de CNT-AIT  www.cnt.es/sovmadrid

Hay algo mucho peor que servir a los intereses de los explotadores del mundo. Y es no tener el valor suficiente para llamar a las cosas por su nombre, para admitir lo que somos y lo que hacemos, para reconocer el papel que representamos. La vergüenza de intentar aparentar algo mucho más legítimo y honrado de lo que en realidad hacemos. Ese papel lo representa fielmente CGT todos los días, y no hablamos de las personas, sino de la trayectoria consumada y contrastada de esta organización. CGT es el resultado del intento más burdo del poder por destruir la CNT.

Demasiados años llevamos desenmascarando la falacia y desfachatez de los sindicatos de Estado CC.OO., y UGT, de los sindicatos amarillos, corporativos y demás. Ninguno de ellos debería llamarse sindicato ni organización obrera, pues su acción es contraria a los intereses de los trabajadores/as y favorable a la patronal y el estado, enemigos declarados del movimiento obrero. Pero al menos esas organizaciones lucrativas (en definitiva empresas de servicios sindicales) no tienen el cinismo de proclamarse anarcosindicalistas. Es hora de poner las cosas en su sitio.

El intento de aniquilar CNT mediante su “institucionalización” empieza recién llegada la transición. El ministro fascista Martín Villa invita oficialmente al afamado anarquista Abad de Santillán para que "reorganice" la CNT tras dos años de crecimiento confederal. Y seguidamente ofrecen todo tipo de beneficios al sindicato si éste se institucionaliza, se convierte en fiel servidor del sistema, y olvida para siempre su carácter revolucionario. A continuación la estrategia del poder pasa por la máxima infiltración en los Comités de la Confederación, desconociendo que el poder de ésta radica en la capacidad de decisión de sus asambleas, mientras que los Comités son solo instrumentos al servicio de ellas. Uno de los primeros órganos infiltrados será la Comisión Regional de Cataluña. Y su primera manipulación, una campaña junto a UGT, USO y la SOC catalana para establecer un “frente sindical” y frenar a CC.OO.

Pero en todo momento las bases del sindicato echan por tierra los planes reformistas de Martín Villa y sus acólitos infiltrados, como se demuestra en el boicot a las jornadas de movilización convocadas por la COS (Coordinadora de Organizaciones Sindicales) o el tremendo trabajo de solidaridad con la huelga de Roca de Gavá en 1976. Tras ello vino la estrategia policial, de represión y detenciones. Pero la movilización anarcosindicalista no se detiene: el mitin de San Sebastián de los Reyes, la legalización, las Jornadas Libertarias Internacionales de Barcelona, los mítines de Valencia y Montjuich y la huelga de gasolineras en Cataluña son algunos ejemplos de la frenética actividad de relanzamiento que desarrolla CNT en esos momentos.

En 1977 la CNT es la única organización sindical que se niega a firmar los Pactos de la Moncloa, una estrategia para integrar a los sindicatos en el juego político y acabar para siempre con el sindicalismo revolucionario y asambleario. La CNT, fiel a sus principios, rechaza participar de las elecciones sindicales, comités de empresa, subvenciones, liberados y un largo etc. de privilegios que el estado ofreció a todos aquellos que bajaran la cabeza ante el "pacto social", aceptando poner además punto final a la "conciliación" social tras la guerra civil y los 40 años de dictadura. Más tarde, ante la negativa de la CNT a doblar su rodilla, los instrumentos del gobierno (primero UCD y después PSOE) ponen en marcha todos sus recursos para desarticular la CNT a cualquier precio. En 1978 la Brigada Político Social organiza el atentado de la sala Scala e intenta inculpar a la CNT.

La estrategia de infiltrar los Comités no tiene éxito, gracias a la horizontalidad del sindicato. Por eso la siguiente maniobra es organizar reuniones “paralelas” de determinados afiliados de los sindicatos que son absolutamente inorgánicas. Esto provoca la expulsión de muchos afiliados por no respetar los acuerdos y la orgánica de la Confederación. Pero la estrategia del poder ya era evidente: romper la CNT provocando una inevitable escisión.

En este contexto comienza en 1979 en Madrid el V Congreso de la CNT En este congreso, el 90% de los 750 sindicatos federados ratifican los principios, tácticas y fines del anarcosindicalismo. Se rechaza frontalmente todo colaboracionismo con el Estado, los comités de empresa, las subvenciones y todo planteamiento que contradiga los principios básicos de autogestión, acción directa, horizontalidad y apoyo mutuo. Literalmente en el acta del V Congreso se puede leer:
“Las elecciones sindicales suponen la implantación del método parlamentario burgués en el ámbito de la empresa, impuestas por el Gobierno con el apoyo de las centrales sindicales colaboracionistas.”

Durante el Congreso algunos delegados/as continúan con las reuniones “paralelas”, ante la imposibilidad de imponer sus criterios al resto de la organización. Dichos delegados llegaron incluso a falsear los acuerdos de sus sindicatos para lograr su objetivo. De esta forma, tras los acuerdos adoptados, 53 delegados (de un total de 500), el sector reformista, decide abandonar libremente la Confederación con el objeto de poder atacarla desde fuera. Las dudas sobre la transparencia y democraticidad del Congreso no tienen fundamento alguno, pues los delegados “escisionistas” formaron parte de las Comisiones, Mesas y debates de las sesiones. Gozaron de su voto proporcional como cualquier sindicato, e incluso tuvieron su propio candidato a Secretario General. Todo ello no solo está recogido en las actas, sino también en más de cien horas de filmaciones en vídeo.

Los acontecimientos de después hablan por sí solos. Los medios de comunicación burgueses dan total publicidad al grupo escindido. El gobierno les proporciona ayuda administrativa y económica, con lo que pueden celebrar el Congreso de Valencia, donde ratifican su reformismo y rechazan el comunismo libertario. En marzo de 1980 la CNT se reúne en Conferencia de Sindicatos en Barcelona y denuncia el montaje escisionista a la vez que ratifica los acuerdos del V Congreso.

Pero aún quedan en los Comités de CNT elementos que pretenden manipular la organización y dirigirla a su antojo. El Secretario del Comité Nacional José Bondía mantiene una reunión secreta con Alfonso Guerra negociando una auténtica oferta de compra de la CNT. Todo resulta inútil para ellos, pues la horizontalidad de la CNT permite a los sindicatos desarticular todo intento de manipulación jerárquica. Como consecuencia se convoca el Congreso Extraordinario de Torrejón en marzo de 1983 (continuación del VI Congreso de Barcelona), donde de nuevo se ratifican los acuerdos y principios del V Congreso. Tras ello, 26 sindicatos abandonan la Confederación.

Escindidos y expulsados convocan el “Congreso de Reunificación” en 1984. Gracias al dinero recibido del estado, iglesia y demás poderes fácticos (de otra manera hubiera sido imposible, pues era una organización sin recursos), pueden realizarlo en el Palacio de Congresos de Madrid, protegidos por la Policía (que ayuda a revisar las credenciales) ante la concentración que fuera realizan los militantes de CNT. Todo ello está reflejado en un acta notarial que CNT levantó para dejar constancia.

Tras ello vino la pugna por las siglas. No solo abandonaron por su cuenta CNT, sino que pretendieron llevarse con ellos el nombre y la historia del sindicato. La pretensión es tan repugnante que hasta el colectivo de presos libertarios de Carabanchel declaró estar dispuesto a realizar una huelga de hambre hasta la muerte si se intentaba arrebatar a la CNT su identidad. El litigio lo resuelve la despreciable justicia burguesa, proceso al que se llega de la misma forma que cuando se lucha contra un patrón por la readmisión de un trabajador despedido. Pero la CNT nunca hubiera abandonado su identidad aunque hubiera tenido que volver a la clandestinidad.

No pueden existir ya dudas de que la escisión fue protagonizada por una pequeña minoría de la Confederación. No existen dudas de que abandonaron por no aceptar las reglas y acuerdos de la mayoría que deseaba seguir fiel a los principios y finalidades. Desde entonces, llamándose ya CGT, este grupillo aceptó todo el juego político y jerárquico: elecciones sindicales, comités de empresa, subvenciones estatales, cursos de formación, liberados… y todas las prácticas repulsivas que todos los días traicionan a los trabajadores. Hasta hoy ese ha sido su camino.

La anarquía es, entre otras cosas, ausencia de jerarquías. La CGT pretende llamarse anarcosindicalista sin creer en los principios del anarquismo. Los comités de empresa son estructuras jerárquicas, pues unos pocos deciden por muchos otros. Los liberados son privilegiados respecto del resto de trabajadores. Las elecciones sindicales son la misma farsa estatal pero a una escala distinta. Recibir subvenciones significa venderse, pues nadie muerde la mano del que le da de comer. Se le puede dar las vueltas que se quiera, pero todo ello va en contra del anarcosindicalismo. No solo lo decimos nosotros/as; la AIT lo deja muy claro en sus estatutos. Jamás un pseudosindicato como CGT podría entrar en la Internacional Anarcosindicalista.

La desfachatez de esta organización ha llegado al punto de que recientemente han reclamado al Estado la devolución de 114 propiedades de CNT incautadas durante la Guerra Civil y la dictadura. Su vergüenza no tiene límites. Su comportamiento le priva de toda dignidad para teñir de rojo y negro sus emblemas.

La unidad anarcosindicalista es una falacia. Los anarcosindicalistas siempre han estado unidos, pues nunca han tenido miedo a la horizontalidad de las decisiones. Nunca perdimos esa unidad. No puede haber entendimiento posible con quien se vende al estado y al patrón. Quien quiera llamarse anarcosindicalista, que lo ponga en práctica todos los días, y si no, que acepte su papel y condición de ruin servidor del estado.