Ha fallecido en Alcázar de san Juan el día 1 de septiembre José Moreno, último guerrillero libertario andaluz. Nació en Bujalance, provincia de Córdoba de familia de jornaleros, conoció la guerra con sólo catorce años. El frente estuvo mucho tiempo establecido cerca del pueblo y cuando al final entraron las tropas franquistas hubieron de huir muchos vecinos para evitar detenciones, torturas y fusilamientos. Preso por primera vez en diferentes presidios, consiguió evadirse, vio torturar a su madre y a numerosos amigos a manos de la guardia civil y la Falange.
Se unió a la guerrilla de los hermanos Rodríguez que habían luchado en el Ejército Popular de la República y con ellos y muchos otros compañeros anarquistas pasó años de lucha en las sierras de Andalucía y La Mancha. Perseguidos hasta el exterminio y traicionados por chivatos que se hacían pasar por guerrilleros y trabajaban para las fuerzas de la represión, fue cogido preso tras un ataque en el que murieron todos los demás resistentes de esa guerrilla. Él quedó sepultado bajo los escombros de la casa en la que se refugiaban y que fue literalmente arrasada por los atacantes. Detenido pasó una larga temporada en la cárcel hasta conseguir evadirse por segunda vez. Desde entonces comenzó para él una larga época de clandestinidad, huidas, y enormes dificultades. Consiguió hacerse con documentación falsa y hubo de trabajar en todo tipo de labores en diferentes provincias, siempre lejos de su tierra natal. Afortunadamente la Guardia Civil creía que había sido muerto en un tiroteo con sus agentes y hasta llegó a publicarse la noticia de su fallecimiento en la prensa cordobesa. De esta forma pudo sobrevivir en el interior hasta la muerte del dictador y la llegada de la actual democracia. No pudo darle su apellido real a sus hijas que aún hoy han de mantener el apellido ficticio que con su falsa documentación utilizó durante años José.
José Moreno escribió unas interesantísimas memorias, de enorme dureza y realismo, relato simple y puro de los graves hechos que le tocaron vivir. Por desgracia el miedo y la falta de visión de numerosos editores las mantienen aún inéditas. Nunca olvidó su ideal anarquista, dedicó sus últimos años a dar a conocer a las generaciones más jóvenes desde la Asociación Archivo Guerra y Exilio (AGE) de la que era miembro junto a los demás guerrilleros supervivientes, y desde la CNT la tragedia del franquismo, y a exigir la recuperación de la memoria de sus víctimas. Pudo regresar a su pueblo natal y ver inaugurarse un pequeño monumento en memoria de él mismo y los que con él lucharon contra la dictadura en los montes durante años de feroz resistencia guerrillera. En aquel emotivo acto tuvo además la satisfacción de estar respaldado por todos los demás guerrilleros antifranquistas aún vivos y especialmente por José Murillo, Comandante Ríos, último guerrillero comunista de la serranía de Córdoba que aún vive.
Su enorme ingenio, la agudeza de sus observaciones y la frescura y claridad de su habla con la que relataba las cosas más tremendas con especial ironía y humor, le convirtieron no sólo en un auténtico testimonio vivo de aquella época de resistencia y de los ideales anarquistas, sino en un magnífico conversador, un transmisor inteligente de la larga tradición libertaria andaluza y un hombre sencillo cargado de profunda humanidad.Secretaria general de Archivo de Guerra civil y Exilio
lunes, 3 de septiembre de 2007
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario